jueves, 19 de septiembre de 2013

CABALGA CON EL DIABLO de Ang Lee - 1999 - ("Ride with The Devil")


1861. Estados Unidos. Los norteamericanos del norte se enfrentan a los del sur durante la cruenta Guerra de Secesión mientras el fin de la esclavitud de los negros cambia radicalmente la sociedad de todo el país. Los sureños Jack Roedel y Jack Bull Chiles, amigos desde la infancia, se unen a los Bushwhackers, que ocultos en los bosques y en las montañas practican la guerra de guerrillas contra el ejército del norte. Ambos creen en su causa. Ambos van a descubrir un mundo de decepción, de muerte y de horror que no esperaban descubrir.


Ang Lee, tras la genial "La tormenta de hielo", volvía a cambiar de registro con "Cabalga con el Diablo" para entregar ahora un western bélico sobre la Guerra de Secesión visto, como no suele ser habitual, desde el lado de los combatientes sureños. Con un reparto muy destacado, Lee narra la historia de un grupo de estos soldados (los Bushwhackers, que desarrollaron la guerra de guerrillas contra el ejército del Norte), historia que le permite diseccionar, además de la sociedad de su momento y su gran complejidad (sumida en el cambio radical que supondría el fin de la esclavitud de la raza negra), la decepción por la caída de un sistema moral que se cree acertado y justo vista desde la óptica de tres tipos de personaje básico: los americanos por llamarlos de alguna manera "puros", los americanos nacidos en Norteamérica pero de familias emigrantes (alemanas en este caso) y los americanos de raza negra traídos desde África. Las representaciones de cada uno de estos personajes se enfrentarán a una sociedad brutal en la que los ideales políticos a veces no son más que excusas para el abuso y la destrucción y divagarán sobre asuntos como la moral, la lealtad, la amistad, la justicia o la libertad.


Ang Lee, en su estilo habitual pausado y lírico pero de gran potencia en las escenas de acción, despliega un maravilloso fresco histórico en el que los asuntos universales están perfectamente integrados para resultar del todo interesantes hoy. Queda también su excelente dirección de actores, su maestría tras la cámara para cualquier escena (desde la más intimista hasta la más brutal pasando por las grandes batallas o las más ágiles escaramuzas), su equilibrio en todos los elementos de la trama (que consiguen que un filme largo se pase con total amenidad) y, una vez más, su retrato de los USA, de su idiosincracia y de su historia acertado, agudo y lúcido. Ya se ha dicho muchas veces: sin ser americano de nacimiento, ha dibujado la vida en este país mejor que muchos americanos "de pura cepa". Otra gran cinta de Ang Lee.


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