sábado, 10 de noviembre de 2012
ABRAHAM LINCOLN. EL CAZADOR DE VAMPIROS de Timur Bekmambetov - 2012 - ("Abraham Lincoln. Vampire Hunter")
El joven Abraham Lincoln, tras descubrir que su madre fue asesinada por un vampiro, dedica su vida a luchar contra ellos y se convierte en un excelente guerrero y tirador versado en todas las artes anti-chupasangres. Pronto también termina introduciéndose en la política y convirtiéndose en un abanderado de la lucha contra la esclavitud de la raza negra en los Estados Unidos. Pronto, sin embargo, también descubre que sus enemigos mortales están detrás de esta esclavitud y que conspiran para hacerse con el poder en toda la nación... Abraham Lincoln va a ser definitivamente la peor pesadilla de los vampiros.
El ruso Timur Bekmambetov se ha hecho con cierta fama como uno de esos directores aficionados a las producciones que actualizan los esquemas del viejo cine de serie B desde un punto de vista más comercial y orientado a las grandes salas para presentar historias completamente desprejuiciadas (a veces directos pastiches) de acción, terror, humor (o todo junto) con homenajes constantes a los clásicos y con una visualidad pirotécnica y "cachonda" (Robert Rodríguez hace un poco como él). Su filmografía es muy irregular, todo sea dicho, y alterna sin cesar obras divertidas con otras muy malas o directamente horribles; se compone del drama bélico "Peshavar Waltz", del filme de gladiadoras "Gladiatrix", de la floja saga épica "Guardianes de la noche" y "Guardianes del día", de la secuela "La ironía del destino II" (segunda parte de un gran éxito ruso), del flojo filme de acción "Wanted" y de la que creo que es su mejor obra hasta ahora: "Abraham Lincoln. El cazador de vampiros".
Está de moda hacer pastiches de acción cachonda y mezclar géneros de forma aparentemente absurda: a la larga lista de películas que hacen esto se le sumó el pasado verano "Abraham Lincoln. El cazador de vampiros", basado en la novela homónima de Seth Grahame-Smith. La historia parece demencial, pero precisamente tiene su gracia por eso: el famoso presidente estadounidense "tuvo" una vida secreta en la que se dedicaba a cazar vampiros, que eran una amenaza en la sombra para la nación y que incluso estaban a favor de la esclavitud de la raza negra que el combatió sin descanso. En fin, ver esta película de Bekmambetov es ver cualquiera de aquellos bodrios exploitation hechos con cuatro duros de los años setenta pero rodado con medios, con una buena ambientación y con unos aceptables efectos especiales (es como ver "Grindhouse", que comenté a principios de semana, por ejemplo). El filme está dirigido a un cierto tipo de público que disfruta con estas cosas: si uno no pertenece a ese público, no entenderá probablemente la película. Abraham Lincoln sabe artes marciales, es un excelente tirador y hasta parte un árbol con su hacha con toda la alegría del mundo, mientras que los vampiros son puros tópicos andantes pero "topificados" con gracia. Y bueno, hay aventura, acción, luchas, romance, amistad, heroísmo barato y explosiones gratuitas y caballos que rompen paredes (no es coña) y hasta un discurso final patriotero norteamericano que, la verdad, colocado en una película como ésta parece estar burlándose descaradamente de todos los americanitos locos y de las películas de Michael Bay (no sé si el director ruso lo ha hecho conscientemente o no, pero quedarle le ha quedado de perlas). En fin, "Abraham Lincoln. El Cazador de vampiros" no es para todos los públicos; pero el consumidor de pastiches hechos con presupuesto y con una total falta de pretensiones la va a disfrutar y se va a echar unas risas, eso es seguro.
Parece que hay algunos guionistas (si se les puede llamar así) que simplemente meten un montón de ingredientes argumentales en una coctelera, lo agitan todo lo mejor que pueden y te sirven un batido de hilo argumental. Así salen estas cosas...
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