miércoles, 19 de septiembre de 2012

HANCOCK de Peter Berg - 2008 - ("Hancock")



Hancock es un superhéroe que, supuestamente, protege a los habitantes de Los Ángeles. Supuestamente, ya que también es un alcohólico y un crápula que, cada vez que intenta hacer algo bien, lo hace mal sin querer. Por ello, Hancock se siente triste y, sobre todo, solo, muy solo. Su vida va a cambiar radicalmente cuando salve al publicista Ray Embrey de morir arrollado por un tren. Ray le va a proponer algo: cambiar de imagen, aprender a ser menos impulsivo y ganarse la confianza de la ciudad. Sin embargo, Hancock va a tener que enfrentarse a algo más que a su cambio interior y exterior: a su oscuro y desconocido pasado, que va a aflorar cuando conozca a la mujer de Ray…



El injustamente denigrado género de los superhéroes, si bien ha dado a la historia del cine muchas e inmensas bazofias (la mayoría de las adaptaciones de sus aventuras hasta la fecha han sido irregulares, fallidas o directamente tremendos bodrios), también ha proporcionado obras dignísimas (como la injustamente infravalorada “Superman Returns“, la segunda “X-Men”, los dos “Ironman“, “El Increíble Hulk“ o “The Amazing Spiderman“) y algunas (pocas) películas geniales (los dos primeros “Superman“ y los Batman de Tim Burton y Christopher Nolan, el primer “Hulk“ de Ang Lee, “X-Men. Primera Generación“ o “Los Vengadores“). Hay, sin embargo, un "género" (por llamarlo de alguna manera) dentro de este género que es el que corresponde a cierta clase de superhéroe que, además de salvador, es un total y absoluto perdedor, un outsider marginado que lucha sin cesar contra su lado más oscuro o decadente. En el cine, este tipo de superhéroe hasta ahora ha venido más fuertemente encarnado por Batman, por Hulk, por los X-Men y, en menor media, por el ridículo Superman de "Superman III", por el todavía más ridículo (de vergüenza ajena) Spiderman malote de "Spiderman III" y por los personajes más "oscuros" que son Daredevil, The Punisher y El Motorista Fantasma (sus filmes son por desgracia unos tremendos bodrios). En los cómics, sin embargo, este tipo de superhéroe lleva muchos años regalando grandes historias: no sólo hablamos ya de Batman, de Hulk, de los X-Men o de momentos sombríos de otros héroes clásicos; ahí están, por poner algunos ejemplos básicos, las muy conocidas "Watchmen" (bien adaptada por Zack Snyder para mi gusto), "Starman", "La Cosa del Pantano" y "Spawn" (que tuvieron malas y olvidadas adaptaciones cinematográficas décadas atrás), "The Boys" o "Animal Man", que ya han presentado a superhéroes muy humanos para lo bueno y para lo malo y, en lo esencial, outsiders que no se sienten demasiado cómodos en su papel de luchadores por el bien. "Hancock" es una aproximación a este tipo de personaje que en el cine no se ha prodigado todavía con tanto esmero. Peter Berg la dirige con solvencia, con cámaras cercanas a veces y con ciertas auras de documental por momentos (lo que demuestra que el filme busca una personalidad que vaya más allá de lo genérico) y construye un efectivo pero algo fallido retrato de un ser con superpoderes (un solvente Will Smith con un aceptable carisma) que, si bien sabe conjugar a la perfección el drama con la comedia (no muy desfasada para lo que Smith suele hacer en este sentido) se queda en lo políticamente correcto en su representación del personaje.


Hancock es un borracho, un crápula y un marginado que vive en una caravana: esto le basta a Berg para dejar claro que es un ser confictivo y oscuro. No es suficiente: Hancock, aunque intente ir de lo contrario, es pura corrección política y no tiene nada que ver con los superhéroes arriba mencionados, que se debaten sin cesar entre el bien y el mal, entre su lado luminoso y su lado oscuro. Mientras que el mencionado lado oscuro de Batman, Hulk, Spawn o algunos de los Watchmen o de los X-Men les acerca peligrosamente a la violencia, a la desconsideración, al miedo, a la dejadez absoluta o a la crueldad, el lado oscuro de Hancock le acerca al alcoholismo (pero tratado de manera infantil), a tocarle el culo a las tías o a lanzar a un niño respondón por los aires. Hancock tiene vocación de superhéroe atormentado, pero se queda en el camino. Por ello, su película no pasa de ser un simple divertimento. Es ágil, es muy entretenida, es básicamente divertida y tiene momentos con una cierta fuerza. Sin embargo, podría haber sido mucho más. Una vez más, el principal lastre una película de superhéroes es la incapacidad de sus creadores de tomársela en serio. Supuestamente, Peter Berg llevará a las salas la secuela de esta película el año próximo.

 

3 comentarios:

  1. De esta película sólo salvo los primeros 30 o 35 minutos. Lo demás me pareció horriblemente aburrido y tópico.
    No sé cómo una película que empieza tan bien puede terminar convertida en semejante bazofia.

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  2. Pues yo pensaba que iba a ser peor... no me disgustó del todo.

    Un saludoOo!!

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  3. A mí la película me gustó, pero la segunda mitad pierde mucho. Cuando la vi, a mí me olió a que los productores exigieron la película fuera más comercial y alcanzable para todos los públicos, porque la idea era muy buena. Aunque eso sí, quiero hacer una mención especial a la mala interpretaeción de Charlize Theron, horrible.

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