Porco Rosso

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viernes, 9 de noviembre de 2018

BOHEMIAN RHAPSODY de Bryan Singer - 2018 - ("Bohemian Rhapsody")


Principios de los años setenta. Londres. Brian y Roger son un guitarrista y un batería cuya banda de rock, Smile, que no tiene demasiado éxito, se queda sin cantante. Conocen de casualidad a un chico llamado Freddie que les propone ser el nuevo vocalista... Está a punto de comenzar la historia de uno de los grupos musicales más grandes del mundo.


Bryan Singer no arriesga con "Bohemian Rhapsody". Es cierto. Muy, muy cierto. Su recorrido es lineal, directo, sin mojarse en puntos verdaderamente conflictivos de la banda y de sus miembros. Incluso cambia las fechas con descaro, armando un maremagnum de hechos descolocados que rechinan. Imagino que al fan más fanático de Queen esta película tiene que haberle sentado bastante mal. Sin embargo, tengo que decir también una cosa: capta, por otra parte, la esencia de lo que fue el grupo y consigue enganchar al profano. El biopic es un género difícil, y creo que un buen medidor de su efectividad es esta capacidad (o no) de poder agarrar la atención del espectador al que la figura de turno cuya vida se retrata no le importa o de la cual simplemente conoce solamente algunos mitos básicos. Singer consigue hablar de Queen sin resultar bochornoso. Y también, si bien se centra bastante en su cantante Freddie Mercury, da también el protagonismo que merece el resto del grupo (porque una banda triunfa ante todo porque es una banda, y ni todos los temas fueron compuestos y escritos por Mercury, en absoluto, ni fue tampoco él el alma definitiva del cotarro, a pesar de sus polémicas y su arrebatadora figura en el escenario -la prueba es que su carrera en solitario, como la de tantos otros vocalistas que se piran en busca de la supuesta gloria, fue de lo más mediocre y olvidada-).


Retrata así mismo Bryan Singer las dificultades de ser gay o simplemente diferente al resto en una sociedad que nos queda cercana en el tiempo pero que a pesar de ello no era tan abierta como la de nuestros días, y también ese tiempo de rebeldía contra lo establecido que fueron los setenta y los ochenta, años que dieron a bandas inclasificables como la propia Queen. Tiene un deje televisivo la película, desde luego, pero también es cierto que tiene momentos que ponen los pelos de punta, como los que representan, maravillosamente, algunos de los conciertos que dieron Freddie, Brian, John y Roger. "Bohemian Rhapsody" es una película funcional, simple, pero no es irrepestuosa ni mete grandes patones. Podría haber sido mejor, ok, pero también podría haber sido un despropósito. Por cierto, los actores geniales y todos muy, muy parecidos a los músicos originales. Y sí, Rami Malek está soberbio.


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