Porco Rosso

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miércoles, 3 de octubre de 2018

YUCATÁN de Daniel Monzón - 2018 - ("Yucatán")


Año 2008. En un crucero de lujo se embarca la familia de Antonio, un viejo panadero que ha ganado recientemente la lotería. Dos de sus hijas están casadas con dos mentecatos y la tercera, soltera y alocada, está algo perdida en la vida. En el barco entablan relaciones con Clayderman, el pianista, y con Verónica, la bailarina principal: los dos son amantes. Y también con un pasajero llamado Lucas que parece estar pasando por una brutal depresión. Cosas muy locas empiezan a suceder...


Cintas como "Yucatán", después de películas como "Celda 211" o "El niño", me resultan totalmente innecesarias. Está bien cambiar de registro (desde "El robo más grande jamás contado", de 2002, Daniel Monzón no rodaba una comedia), pero creo que ha de hacerse siempre aportando algo novedoso y siempre tratando de mejorar lo anterior. Este filme, a pesar de cierto mensaje social que desde luego tiene (la cultura del timo y de forrarse en tres días y sin dar palo al agua, el aparentar de las clases medias-altas, la hipocresía social, la idolatría ante el dinero...), es totalmente fallido. Los personajes son estereotipos pero prometen, y finalmente no cumplen: no salen de dicho estereotipo y no evolucionan mucho y algunos prácticamente nada. Los secundarios, especialmente. Y además, la mitad de ellos desaparece o pierde importancia de forma brutal al final del filme. Porque la película es abrupta, y para colmo demasiado larga para lo que cuenta, con un desenlace excesivamente estirado. Y su humor funciona solamente a medias. Hay algunos gags graciosos, pero recurre demasiadas veces, sobre todo cerca del mencionado final, a lo rocambolesco, y encima de forma forzada. "Yucatán" se va de madre gratuitamente en varias ocasiones. Y todo, por si fuera poco, para desplegar un humor, valga la redundancia, que, aparentemente revestido de canallismo y de mala leche de postín, es en general amable, demasiado amable, y por momentos hasta casi buenista (cuando promete precisamente todo lo contrario).


Se moja algo la película en sus últimos minutos (unos de los últimos planos finales ciertamente tiene bastante mala ostia y sorprende en el descafeinado conjunto), pero no llega ni de lejos al listón esperable, y eso es muy decepcionante. "Yucatán" se ve con agrado, a pesar de que también se hace algo pesada y pierde mucho interés conforme se acerca a su conclusión. No es maravillosa ni es terrible, pero desde luego que pasará sin pena ni gloria en la filmografía de Daniel Monzón y en la de su esplendoroso elenco protagonista, que es lo mejor de la obra junto con la fotografía y su elegante dirección de comedia brillante clásica.


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