Takao Akizuki es un estudiante de instituto de Tokyo que desea convertirse en un gran diseñador de zapatos. Un día de lluvia, se sienta bajo el gazebo de un parque. A su lado, hay una misteriosa mujer por la que se siente atraído. Poco a poco, los dos se van conociendo...
Makoto Shinkai me parece un director irregular y algo sobrevalorado en los últimos años, a veces excesivamente pasteloso, demasiado pedante y pretencioso y con una poética engolada y cargante. No en todas sus obras, desde luego, pero sí en algunas de ellas o en fragmentos importantes de algunas de ellas. "El jardín de las palabras", que es un mediometraje de 2013 poco conocido en general, me parece hasta ahora la mejor de su carrera con diferencia. En 45 minutos escasos condensa una de sus habituales historias de amor frustrado y de sentimientos contradictorios y emociones escondidas pero, en esta ocasión, y por primera vez, todo va rodado: todo es perfecto. Los dos protagonistas son reconocibles y llegan al espectador sin problemas, y están cargados de carisma, y tienen conflictos vitales en los que cualquiera se puede sentir representado en por lo menos algún periodo complicado de su vida. La poesía de la trama está cuadrada al milímetro para resultar lírica y delicada sin cargar y sin caer en las ñoñerías innecesarias, los diálogos están preñados de delicadeza, el ritmo es el perfecto y atrapa desde el primer momento, las escenas contemplativas y minimalistas están llenas de sugerentes significados y matices, la animación y la ambientación es cien por cien pura aura romántica urbana y evocadora y el desenlace es una total y absoluta obra maestra que pone los pelos de punta.
Makoto Shinkai está aquí en estado de gracia, totalmente pulido ya, en plenitud de ideas, de experiencia y de recursos para transmitir sensaciones y emociones en estado puro y sincero. "El jardín de las palabras" es una obra maestra cortita pero del todo inolvidable, una joya de la animación comprimida en menos de una hora (y para qué queremos más) que toca la fibra sensible de cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad, valga la redundancia. Me parece una obra imrpescindible y creo que, por desgracia, es una de las creaciones tal vez menos conocidas del director japonés, aplastada por el gran éxito de largometrajes suyos como "Viaje a Agartha" o "Your name" (está situada entre ambos filmes famosos). Creo que hay que reivindicarla sin parar.
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