Porco Rosso
viernes, 17 de marzo de 2017
EL GUARDIÁN INVISIBLE de Fernando González Molina - 2017 - ("El guardián invisible")
En los alrededores del pueblo de Elizondo, en Navarra, están siendo asesinadas niñas cuyos cadáveres aparecen abandonados en el bosque siguiendo un mismo patrón. La inspectora Amaia Salazar, que nació y se crió en el lugar, vuelve a él para dirigir la investigación. Allí, todo su triste pasado retorna a su vida mientras el caso se retuerce cada vez más y aparecen nuevos cuerpos.
El navarro Fernando González Molina es un director de cine comercial con alguna película digna y varios desastres artísticos. Sin embargo, en lo que a ventas se refiere, es muy rentable y cuenta en su filmografía con bastantes grandes éxitos, lo cual en España es muy difícil de lograr en general. Su obra se compone de la comedia "Fuga de cerebros", del drama "Tres metros sobre el cielo" y su secuela, "Tengo ganas de ti"; del nuevo drama "Palmeras en la nieve" y del thriller "El guardián invisible".
Esta vez no es manía al cine español, que además lleva cambiando mucho y para bien desde hace años. Tampoco es cuestión de boicot o no (las polémicas declaraciones de la actriz Miren Gaztañaga no afectan al filme para nada). Esta vez es que la película es mala, pero mala de cojones. "El guardián invisible" es un thriller basado en una novela de Dolores Redondo que trata de aprovechar el tirón de la buena época que está viviendo el género en España tras peliculones como "Celda 211", "El Niño", "No habrá paz para los malvados", "Grupo 7", "La isla mínima", "Cien años de perdón", "Tarde para la ira" o "Que Dios nos perdone". No hay nada de malo en intentarlo. Lo que no vale es presentar un bodrio como este. Nada tiene sentido en "El guardián invisible". Los protagonistas están desdibujados, los secundarios son casi inexistentes (casi todos meros apuntes), la trama no deja pistas atractivas y sus resoluciones son pueriles, el drama es folletinesco y muy barato, el nudo de todo es bastante tonto y hay lagunas por todas partes en una historia absurda y hasta ridícula. Todo va dando bandazos en una colección interminable de escenas sin conexiones apenas, cortadas a lo bruto, con giros de guión gratuitos y sin sentido, con flecos sueltos por todas partes, con personajes que actúan según les da y que no tienen ningún desarrollo más allá de la aparición de turno y con unos toques fantásticos que no vienen a cuento, que no pegan ni con cola. No sé cómo será la novela, pero la película, sea fiel a ella o no, es un puñetero desastre. Encima, se pasa de las dos horas de metraje la broma: el aburrimiento está asegurado porque el espectador se pierde en esta marimorena de tonterías sin sentido. Y la ambientación es cansina: toda esa lluvia y oscuridad artificial es abusiva, recreada a lo bestia, sin dejar descanso visual al espectador. Y del desenlace no hablemos: es lo más chorra que uno se puede echar a la cara. Es que cuando lo vi no me lo podía creer, lo juro. "El guardián invisible" es un bodriazo como una montaña. En serio, es mala con avaricia y una gilipollez de thriller.
SPOILER: ¿De verdad que en el bosque hay un yeti vasco que protege a la gente? ¡Pues no ha evitado ni un maldito asesinato! ¡Llevan años matando a niñas y a él o es que se la trae floja o es que el pobre es directamente un completo inútil! ¡Vaya mierda de guardián, oigan! Y los personajes se teletransportan también, miren ustedes. Y la protagonista ve a una especie de fantasma de una niña asesinada y luego no dicen nada de ello. Y su padre desaparece de la trama sin que sepamos nada del porqué. Y el asesino deja galletas de las que fabrica su propia familia en los cadáveres para que lo pillen. Un Premio Nobel. De verdad. Menudo truño. Infumable.
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