Porco Rosso
domingo, 29 de enero de 2017
TWO MUCH de Fernando Trueba - 1996 - ("Two much")
Art Dodge es un galerista de Miami Beach con mucha cara dura y muy poca vergüenza, vividor, irresponsable y trápala, que para salir adelante con su tambaleante negocio busca seducir a mujeres ricas. En su camino se cruza un día Betty Kerner, una chica guapa y muy bien situada a la que trata de conquistar. La cosa sin embargo se complica cuando conoce a Liz, su hermana, de la que se siente verdaderamente atraído por su inteligencia y cultura. A Art se le ocurre entonces un plan delirante... Fingir que tiene un gemelo llamado Bart al que interpretará el mismo y ligarse así a ambas.
Con "Two Much" me pasa como con la anterior película de Fernando Trueba, "Belle Epoque": la veo sobrevalorada. Tal vez ésta lo esté algo menos que la anterior, que se llevó montones de premios, pero lo está. Recuerdo que en su día a todo el mundo le hizo mucha gracia esta aventura americana (con producción española) del director tras sus Oscars, y hoy incluso tiene bastantes fans. A mi me parece una comedia floja, con dos o tres gracias que la tienen, pero poco más. La película es un homenaje a la "screwball comedy" del Hollywood clásico y supuestamente a uno de los grandes ídolos del director: el genial Billy Wilder. Las comparaciones son odiosas pero ahí están: a Billy Wilder esto no le llega ni a la suela de los zapatos. Antonio Banderas de vida con cierto carisma a un tipo que para ligarse a una tipa ha de hacer el papel de dos hermanos gemelos inventados, y todos los gags se articulan en torno a esto: uno es un patán y un gañán y otro es uno hombre culto y delicado, aunque los dos son él. Unas entonces en la cresta de la ola Melanie Griffith y Daryl Hannah que se llevaron Razzies por sus actuaciones y que creo que no lo hacían tan mal son sus compañeras, y unos divertidos Danny Aiello y Joan Cusack son los secundarios de lujo y hay cameos de Gabino Diego y de Eli Wallach que resultan simpáticos. La película en sí no se puede decir que sea mala porque es entretenida básicamente, pienso, pero tampoco es para tirar cohetes. Hay gags buenos (el de la piscina me parece genial, por ejemplo), hay otros más flojos, hay muchos repetitivos y hay bastantes que son directamente malos. El filme llega a ser reiterativo en algunos momentos y el ritmo se resiente, y desde luego que, siendo un homenaje a directores que sabían manejar la comedia en una trama completamente social y crítica, como el mencionado Billy Wilder y otros grandes de su tiempo, "Two Much" no es que sea precisamente muy inteligente ni muy irónica ni socialmente muy aguda. Por otra parte, tampoco va con pretensiones de ser lo que no es, y eso la salva bastante. En fin, en conjunto me parece una película entretenida pero finalmente del montón. Fernando Trueba es un director que siempre me ha parecido irregular y que alterna sin cesar películas buenas con otras que "ni fu ni fa" o que directamente son malas.
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Fernando Trueba es un enamorado del cine, un cinéfilo perceptivo y sensible que en el momento de hacer la película que nos ocupa no podía disimular su rezumante pasión por este arte y los que lo hicieron grande, aquellos intuitivos hombres llenos de talento y sabiduría cuyo profundo conocimiento de la vida y del ser humano les hizo capaces de capturar esa vida con una cámara, recreándola para devolvérnosla, transformada, hermosa y compleja, a la cadencia de veinticuatro imágenes por segundo. La avidez de Fernando como espectador, su lúcido disfrute con la visión de las obras de Renoir, Ford, Lubitsch, Preston Sturges, Billy Wilder y otros maestros floreció –no es frecuente– cuando, como Peter Bogdanovich, sintió la necesidad de dar el “paso decisivo” de dejar la pluma y las tertulias para pasar a la acción: dirigir. Y lo que aquí nos interesa es su demostrada buena asimilación de las lecciones aprendidas –mayormente– desde la fila siete de aquellos extintos cines de barrio, verdaderas facultades de cine para aprendices de demiurgo.
ResponderEliminarCentrándonos ahora en “TWO MUCH”, hemos de decir que en su primera incursión americana el autor de “BELLE EPOQUE” consiguió una buena comedia, no redonda, es cierto, pero con sobradas dosis de inteligencia y elegancia, cualidades muy de agradecer por su infrecuencia en el actual panorama cinematográfico. Sin embargo, los que en su momento nos precipitamos esperando de Trueba una comedia deudora de sus admirados Lubitsch y Wilder, nos encontramos con que esta “infiel” adaptación de la novela de Donald Westlake (de la que, a decir verdad, poca cosa ha quedado) se parece mucho más a las comedias vodevilescas que Blake Edwards realizó con el actor Dudley Moore (curiosamente, también Gómez Pereira se acercó al autor de “LA PANTERA ROSA” para su “BOCA A BOCA”). Concretamente, “TWO MUCH” recuerda con molesta nitidez a “MICKEY Y MAUDE” (allí, en un tono semejante, el bígamo Moore se duplicaba para atender a las dos mujeres que requerían su amor).
Finalizo este apunte sobre Trueba y su película (un previsible pero injusto batacazo de taquilla en Estados Unidos y poco menos en nuestro país) dedicando un merecido chapeau a la esforzada, esquizoide y, por momentos, brillante composición de Antonio Banderas, saltando constante y literalmente de Melanie a Daryl con gimnástico desparpajo.