Porco Rosso
jueves, 1 de septiembre de 2016
NUNCA APAGUES LA LUZ de David F. Sandberg - 2016 - ("Lights Out")
Rebecca es una joven normal y corriente que lleva una vida normal y corriente con su novio y con su pasión: los tatuajes y la música y la cultura gótica y heavy. Un día, Martin, su hermanastro pequeño, le pide ayuda desesperado: le cuenta que la madre de ambos, con la que vive, parece estar volviéndose loca y que en su casa ocurren cosas extrañas... Entre ellas, la reciente muerte violenta e inexplicable del padre de Martin. La vida de la familia se convierte en una inimaginable pesadilla a partir de este momento...
"Nunca apagues la luz" está inspirada en uno de esos cortometrajes (éste en concreto de 2013) que de repente dan un gran pelotazo y que tiene el mismo nombre ("Lights Out" en la versión original). Es el debut en el formato largo del propio director del corto, el sueco David F. Sandberg (no confundir con David Sandberg a secas, director del también famosísimo corto cómico "Kung Fury" y también originario de Suecia) y, la verdad, y teniendo en cuenta cómo está el patio en el género del terror, uno de los más difíciles y más malamente explotados por su capacidad comercial junto con la comedia, cumple bastante bien. Partimos de una premisa interesante que no desvelo pero que sabe inquietar de sobremanera, y tenemos unos personajes bien desarrollados (contrariamente a los de tantas películas de horror) con comportamientos lógicos (esos que consisten básicamente en huir de una amenaza o en tratar de enfrentarse a ella armado en vez de ir tranquilamente hacia ella en plena oscuridad como si no estuviese ahí) y escenas bastante bien llevadas que saben asustar (reconozco que lo pasé mal en alguna que otra y que tuve miedo, lo cual es algo notable y bastante difícil de lograr, especialmente en un espectador de hoy, que está de vuelta de todo). La película está además llevada con ritmo, el drama, aún siendo bastante típico y tópico (tal vez la flaqueza principal de la película) no resulta tampoco insultante y tampoco está llevado de cualquier manera (dentro de lo que cabe se le trata de dar una mínima profundidad y de innovar un mínimo, aunque este mínimo no vaya más allá) y los efectos especiales y la ambientación son más que aceptables. "Nunca apaques la luz" es una opción comercial bastante recomendable y ha sido una de las películas de terror más aclamadas de este año y ha propiciado que, si nada cambia, David F. Sandberg dirija la secuela de "Annabelle" de la saga de "Expediente Warren". Esperemos que esté, por lo menos, a la altura de una pieza digna.
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