Porco Rosso

Porco Rosso

lunes, 31 de diciembre de 2018

AQUAMAN de James Wan - 2018 - ("Aquaman")


Tras su aventura con la Liga de la Justicia, Arthur Curry ha vuelto a su vida normal, a caballo siempre entre los océanos, los cuales vigila y defiende, y entre el faro de su padre, al que visita con asiduidad. Un día, alguien viene a buscarle desde su viejo reino de las profundidades... Y viene con noticias terribles que le involucran a él y que ponen en peligro a la humanidad.


"Aquaman" me ha parecido, desde "Wonder Woman", lo mejor que DC ha traído al cine para su bastante descalabrado universo cinematográfico, ahora vapuleado por huidas de actores, para colmo. Se nota que las cosas se empiezan a hacer, por lo menos, un poquito mejor. Se contrata a James Wan para la dirección, lo cual ya es algo: es un director que podrá gustar más o menos, pero es un autor, y un autor que lleva bastantes años en primera línea de la parrilla. Y Jason Momoa cumple, y encuentra un equilibrio bastante justo entre socarronería y seriedad. Los secundarios, ídem. Y la trama, siendo bastante simple, consigue por lo menos parecerse en dignidad a la de los mejores superhéroes en solitario del Universo Cinematográfico de Marvel. Vale que es otra más del bien contra el mal con algunos puntos no maniqueos interesantes pero insuficientes para hacerla redonda, y es cierto que se sustenta en acción desbocada, y que tiene errores y teletransportes y fantasmadas, y que hay un hombre al que le cae una columna en las piernas y se levanta y sigue corriendo. Vale. Pero los personajes cumplen, la historia engancha, los efectos especiales son buenos, la ambientación también, y el ritmo va sobrado porque dos horas y media casi de metraje se pasan en un vuelo entre peripecia y peripecia.


Y, además, no podemos dejar de reconocer que James Wan consigue algo bastante encomiable en un proyecto a priori bastante difícil y hasta poco jugoso: colocar en primera fila en carisma y en fama a un superhéroe de DC que, en comparación con sus hermanos Superman, Batman, Wonder Woman, Flash, ha sido siempre bastante más secundario y menos conocido para el público en general. "Aquaman" cumple, y muy bien. Espero que la compañía se enderece un poco a partir de aquí, porque está en la cuerda floja y puede, justo en este mismo punto, o levantarse de sus cenizas o caer en picado todavía más. A ver qué tal va la cosa el año que viene.


¡FELIZ AÑO 2019! :)

domingo, 30 de diciembre de 2018

EL CHIP PRODIGIOSO de Joe Dante - 1987 - ("Innerspace")


Tuck Pendelton es un temperamental piloto que se presenta voluntario para un increíble experimento científico: será miniaturizado e introducido en una cápsula en el cuerpo de un conejo. Desgraciadamente, unos espías industriales roban el chip del laboratorio y Tuck acaba... En el interior de Jack Putter, un merluzo absolutamente hipocondriaco y con muchos problemas que va a darle a él también mil quebraderos de cabeza.


Hay una película de Joe Dante que, siendo un clásico, creo que ha sido a pesar de todo bastante olvidada y que ha envejecido bastante bien: "El chip prodigioso". Este director, siempre comercial, entregó cintas míticas como "Aullidos" o la saga de "Gremlins" y, sin ser un gran autor, muchas de ellas eran y, lo más importante, siguen siendo hoy tremendamente divertidas. "El chip prodigioso" es otra versión más de "Un viaje alucinante", pero con un filtro cómico. Por supuesto, no se puede tomar en serio, aunque es cierto que algunos pasajes, para los niños, son una buena clase de anatomía básica (lo digo porque a mi, en los ochenta, cuando era precisamente un niño, me sirvieron para entender algunas cosas fácilmente). Dante sabe mezclar perfectamente la mencionada comedia con la acción y las aventuras, y además ambientarlo todo muy bien con un filtro entrañable, kitsch ya en su momento, pero también muy conseguido (los efectos especiales me parecen muy dignos y resultones). Los personajes, si bien el del cómico Martin Short está excesivamente estereotipado y sobreactuado, tienen carisma (en especial Dennis Quaid y Meg Ryan, que empezaron a partir de aquí a ser conocidos y también a salir juntos), y los gags funcionan en general. "El chip prodigioso" es puro cine ochentero, de ese que está ahora tan de moda revivir, y uno de los clásicos de esta década que tan buenas películas comerciales juveniles entregó. Buena para ver sin pretensiones y para recordar aquella década.


viernes, 28 de diciembre de 2018

LAS REGLAS DEL JUEGO de Roger Avary - 2002 - ("The Rules of Attraction")


Sean Bateman estudia en una facultad de arte de la alta sociedad en donde los alumnos pasan los días de fiesta en fiesta entre sexo desenfrenado y drogas de todo tipo. Sean es uno de los que consiguen y venden estas drogas. Está enamorado de Lauren, que al parecer le escribe cartas de amor que le deja en su taquilla. Sin embargo, Lauren parece únicamente prestarle atención a Victor, amigo de Sean que está pasando una temporada en Europa. Mientras, otro alumno, Paul, está enamorado del propio Sean, pero este no le hace caso. Todo está interconectado en el campus.


Desconocido en líneas generales, el guionista y director Roger Avary tiene un Oscar en su haber por el guión de “Pulp Fiction”, realizado junto a su amigo Quentin Tarantino, al igual que el de "Reservoir Dogs" o "Amor a quemarropa". Quentin conoció a Roger, estudiante de cine, mientras trabajaba en el famoso videoclub donde su cinefilia se nutrió. La amistad nació y con ellas las colaboraciones. Casi al mismo tiempo que Tarantino presentaba su sonada "Pulp Fiction", Avary hacía lo propio su ópera prima tras las cámaras: la negrísima e hiperviolenta "Killing Zoe", que al contrario que la obra de su amigo, fue un tremendo fracaso. Después de semejante golpe, la suerte le sonrió casi diez años después, en 2002, cuando presentó su segunda y última película hasta la fecha: "Las reglas del juego", que instantáneamente se erigió como un filme de culto. Desgraciadamente, hasta ahora es ésta también su última película.


Basada en la novela del polémico autor y fustigador del sueño americano Bret Easton Ellis, "Las reglas del juego" presenta, mediante un soberbio guión desordenado, dislocado y vuelto a ordenar una y otra vez sustentado en un lenguaje visual lleno de imaginación e inventiva que no hace ascos a ningún recurso (flashback, pantalla partida, tramos videocliperos, escenas rodadas hacia atrás...) una de las juventudes más nihilistas e irresponsables vistas en un largometraje en la historia del cine norteamericano (marca de la casa de Ellis). Jóvenes hastiados desde mucho antes de comenzar a luchar por algo, todos ricos y mimados, todos hedonistas, todos egoístas, todos perdidos en el mundo moderno de la información, todos obsesionados por el sexo y las drogas como única vía de distracción en la vida. Y sin embargo, todos humanos, casi todos llenos de anhelos y sedientos de amor. Lúcida, brutalmente cínica, irónica como pocas, cruel hasta la médula, "Las reglas del juego" es la fábula sobre la camada de los USA de esas llamadas generaciones X o Y más políticamente incorrecta vista en años. Creo que permanece, a pesar de ser de culto, bastante olvidada, y me parece una pena.


miércoles, 26 de diciembre de 2018

HARU EN EL REINO DE LOS GATOS de Hiroyuki Morita - 2002 - ("Neko no ongaeshi")


Haru es una adolescente un tanto desastrosa con los estudios y con su caótica vida diaria que además no tiene suerte en el amor. Un día, al volver del instituto, salva la vida a un gato que estaba a punto de ser atropellado por un camión. Algo maravilloso ocurre entonces: es invitada al Reino de los Gatos, un lugar mágico, como recompensa. Sin embargo, también en este lugar se oculta algo oscuro...


"Haru en el reino de los gatos" es la única película mala que he visto hasta la fecha del Studio Ghibli. Dirigida por Hiroyuki Morita, del que solamente he encontrado en Internet referencias a sus trabajos como animador en las películas del propio estudio y en la de "One Piece", me parece un completo despropósito, no sé si por dejadez o por incompetencia. Incluso la animación es muy, muy floja para lo que nos tiene acostumbrados esta gran compañía. La trama, para empezar, es para niños pequeños, lo cual no sería un problema si todo tuviese una mínima coherencia. Todo ocurre a trompicones, porque sí, atropelladamente, saliendo por la tangente sin cesar. Y los diálogos son directamente malos, cosa que es una pena extra. Para colmo, la cosa es pretenciosa, porque trata de desplegar un mensaje sobre la identidad y la persecución de la libertad que resulta engolado pero finalmente demasiado simplón, muy típico y tópico. Tiene cosas buenas, como ciertos simbolismos de la sociedad gatuna que aluden directamente al clasismo de la humana y unos escenarios y personajes que tienen su belleza y carisma, pero poco más. Los escenarios están conseguidos, pero como he dicho la animación, sin ser un horror, está bastante lejana de las películas de Miyazaki o de Takahata. "Haru y el reino de los gatos", bien puntuada en algunas webs imagino que por ser de Ghibli, a mi me ha parecido un bodrio infumable. Con todo el dolor de mi corazón lo tengo que reconocer.


lunes, 24 de diciembre de 2018

SPIDER-MAN: UN NUEVO UNIVERSO de Rodney Rothman, Peter Ramsey y Bob Perischetti - 2018 - ("Spider-Man: Into the Spider-Verse")


Miles Morales es un adolescente de Nueva York que no se siente bien en su nueva escuela, un centro para superdotados en el que sus padres le han ingresado porque creen que allí puede desarrollar mejor su gran inteligencia. Su ídolo es su tío Aaron, que no se lleva muy bien con su familia pero al que él adora. Un día, Miles se mete en un lío... En un lío en el que está envuelto el mismo Spider-Man... Y mucho más.


Están diciendo mucho que todo lo que no fue la horripilante "Venom" sí lo es esta "Spider-Man: Un nuevo universo". Y es verdad. Está, como "Venom", hecha para seguir explotando al universo del hombre araña fuera de la continuidad de los dos universos, valga la redundancia, superheroicos de Marvel del cine, pero está hecha bien. Con esto, muchas veces, basta: con hacer las cosas bien. Así, sí. Porque esta película animada es una joya, una obra maestra, una cinta inolvidable y una de las más grandes del año que ya cerramos. Empezamos con su aspecto visual, que es precioso. Sencillamente, precioso. Es un collage de influencias, muy acorde con la historia de multiversos (una de las constantes de Marvel y DC, les gusten o no a muchos) que cuenta: tenemos estilo de cómic clásico, tenemos manga, tenemos thriller en blanco y negro, tenemos viñeta paródica y tira de periódico. Todo ello mezclado, con una animación tan clásica como a la vez novedosa, donde todo es belleza pura, color apabullante, diseños entrañables. Una matrícula de honor fulminante en este aspecto. Pero es que luego tenemos los otros aspectos, que son igualmente magistrales.


La trama es un equilibrio perfecto entre drama y comedia. Y el drama es realista, comedido, sentido, emotivo, lúcido. Diálogos para el recuerdo, escenas que ponen los pelos de punta. Y la comedia es redonda: el humor de la película es inteligente, irónico, fino, lleno de referencias y homenajes, nunca cansino. Y todo ello con una trama sobre superación, valentía, amistad y fraternidad inmensa, que nunca descuida su ritmo, que atrapa a los adultos y a los niños y que es didáctica sin ñoñerías y con un pie en el pasado y otro en el presente.


Pero si hay algo que marca de "Spider-Man: Un nuevo universo" son sus personajes. Los protagonistas, desde el entrañable Miles Morales hasta el Peter Parker de siempre pasando por las otras desternillantes y originalísimas variantes de hombres y mujeres arañas de otras dimensiones, se quedan en nuestro corazón para siempre. Y los secundarios, idem. Y los villanos, también. Todos. No está descuidado ni uno, ni uno solo. Y terminamos comentando que las escenas de acción son un prodigio de frenetismo, inventiva, aventura y originalidad. En fin, que estamos ante una de las películas de este 2018 con diferencia. Rotunda obra maestra que ya está en el podio del cine animado de todos los tiempos. Así, sí. Desde luego que sí.


¡FELIZ NOCHEBUENA Y FELIZ DÍA DE NAVIDAD!!!!!!!!!! :)

domingo, 23 de diciembre de 2018

EL GUERRERO Nº 13 de John McTiernan - 1999 - ("The 13th Warrior")


Siglo X. Ahmad ibn Fadlan es un árabe noble y culto que, expulsado de su tierra por cortejar a la mujer de otro, es nombrado embajador y enviado al norte, donde habitan culturas bárbaras y brutales. Durante uno de sus viajes, es salvado de los tártaros por un grupo de vikingos. Ante él está a punto de abrirse un mundo completamente nuevo y una tenebrosa aventura.


"El guerrero nº 13", la segunda película que John McTiernan dirigió en 1999, es ya bastante mejor que la primera, el innecesario y flojo remake de "El secreto de Thomas Crown". Basada en el libro "Devoradores de cadáveres" de Michael Crichton, narra la historia de un árabe real, Ahmad ibn Fadlan, viajero y escritor que dató a numerosas culturas de su tiempo, que se ve envuelto aquí en una inesperada epopeya junto a un grupo de vikingos en una guerra contra unos monstruos extraños venidos del norte profundo. La película tiene algunas fallos y lagunas, es cierto: secundarios que quedan olvidados, una introducción muy acelerada, giros bruscos. Y los personajes dan para bastante más: su desarrollo no es muy hondo nunca, ni siquiera el del protagonista, un Antonio Banderas bastante solvente que es capaz de aprender un idioma nuevo solamente escuchándolo durante un viaje (fantasmada bestial). Sin embargo, creo también que la cinta es una cinta de aventuras muy digna. Su ritmo es frenético, las peripecias son constantes y emocionantes, y están rodadas como el mejor McTiernan sabe rodar: con potencia, con violencia, con un gran sentido de la garra visual. Y la ambientación es absolutamente fantástica: Escandinavia es un lugar oscuro, de pueblos aislados, de amenazas del pasado más tenebroso, y la cultura vikinga es brutal y a la vez heroica, en un cable fino que oscila entre la justicia y la bestialidad.


El poblado en el que se desarrolla el asedio, cutre, salvaje, es perfectamente creíble, así como los preciosos bosques indómitos o la cueva con unos curiosos toques primitivos y a la vez post-modernos que le otorga a la amenaza principal de la trama un aura inimitable. Y el vestuario es una delicia, desde el de los mencionados vikingos hasta el de los árabes pasando por la carecterización genial de esos "wendol" inolvidables. Leyenda y realismo bien fusionados. "El guerrero nº 13" creo que es una obra bastante olvidada que se merece ser valorada. Es aventura de la buena, de la sugerente y épica, de la bien hecha a pesar de su falta de pretensiones.


sábado, 22 de diciembre de 2018

EL SECRETO DE THOMAS CROWN de John McTiernan - 1999 - ("The Thomas Crown Affair")


Thomas Crown es un multimillonario de Nueva York que, a los cuarenta años, ya lo ha conseguido todo en la vida. Por ello, decide robar un Monet del Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad, y lo consigue de una forma extremadamente sofisticada y perfecta que deja a la policía con un palmo de narices. Sin embargo, hay alguien que sospecha de él: una investigadora llamada Catherine Bannings.


En 1999, John McTiernan estrena dos películas. Una es "El guerrero nº 13", que creo que es una cinta de aventuras bastante infravalorada, y la otra, la que llegó primero a las salas, es ésta "El secreto de Thomas Crown", que ya no me parece tan buena. Y no es que sea horrorosa, ojo, pero sí bastante innecesaria y aburrida. Innecesaria porque es un remake de "El caso de Thomas Crown" de Norman Jewison, de 1968. Y aburrida porque es extremadamente tópica y predecible. Un tío millonario y por ello muy cansado de una vida sin alicientes (pobrecillo... modo irónico ON) decide ponerse a robar grandes obras de arte y una detective muy bella es la única que sospecha de él y ronda por ahí un romance inesperado. Todo te lo sabes de memoria. Todo. Los dos protagonistas son los más inteligentes y los policías son completamente imbéciles. Y viven aventuras en un mundo de lujo y sofisticación y dos dos son guapísimos y divinos de la muerte. McTiernan sí tiene algunos puntos aceptables, sobre todo en los homenajes a la pintura que coloca en la historia, y la verdad es que dirige con elegancia hasta las escenas eróticas. Pierce Brosnan lo hace muy bien y, sobre todo, Rene Russo lo clava y se come la pantalla. Pero el conjunto pasa totalmente desapercibido y se olvida al poco tiempo, aunque pueda ser entretenido si uno consigue meterse en su juego inverosímil de pobres niños ricos y de piruetas absurdas de guión. Un thriller discretito y un remake sin razón de ser es "El secreto de Thomas Crown", muy alejado de la calidad que el director de "La jungla de cristal" solía ofrecer en su mejor época.


viernes, 21 de diciembre de 2018

MORTAL ENGINES de Christian Rivers - 2018 - ("Mortal Engines")


Hace miles de años que una brutal guerra destruyó a la civilización y los humanos, hoy en día, viven en ciudades móviles que se enfrentan entre sí por los recursos del planeta. Tom es un joven que pertenece a una de ellas, a la ciudad depredadora de Londres, y que es un gran estudioso y entendido de la Historia del mundo anterior al cataclismo. Un día, durante un combate contra otra población, conoce a una misteriosa chica llamada Hera. Y sus destinos quedan unidos en una gran aventura de la que depende el destino del mundo.


"Mortal Engines", basado en la novela homónima de Philip Reeve, es una apuesta neozelandesa patrocinada por Peter Jackson y dirigida, en el que es su debut en el largometraje, por su amigo Christian Rivers, colaborador en sus proyectos y guiones desde "Braindead". Se trata de una suerte de aventura post-apocalíptica steampunk con toques fantásticos. Y, desconociendo la novela, tengo que decir que empieza bien pero que por desgracia termina resultando un completo y soporífero desastre. La primera media hora del filme tiene sentido, y está bien hilvanada dentro de una ambientación evocadora muy bien conseguida, mientras que los personajes prometen, en especial el de la carismática protagonista interpretada por Hera Hilmar con solvencia y el villano al que da vida Hugo Weaving, siempre competente. Por desgracia, luego todo se desmadra a causa de un guión desastroso, pésimamente hilvanado y sin sentido ni del ritmo ni del tiempo. La trama va dando tumbos de un lado a otro a partir de este momento y empiezan a surgir personajes secundarios que no sirven para nada y que quedan mal explicados (lo del robot es de traca: no aporta nada de nada), mientras que otros desaparecen durante una gran parte del metraje (la hija del antagonista) y otros, directamente, desaparecen del todo (el amigo del protagonista, que se esfuma porque sí: deja de estar y a nadie le importa una mierda -bueno, a los espectadores tampoco, a decir verdad-).


Luego, hay fallos y ridiculeces de bastante bulto, como esa ciudad absurda en el cielo en la que cualquier chispa es mortal (demencial), o ese mencionado robot que encuentra a la protagonista por arte de magia en un mundo desolado, o esos caracteres que cambian de forma de ser como de camisa, o esos personajes principales que pasan tres kilos de las muertes de sus amigos y se toman las victorias dramáticas con risitas, o ese pueblo de Londres que era contrario a la ideología del villano y que de un segundo a otro se vuelve imperialista, o ese protagonista debilucho que se dedica a estudiar historia y que por la cara se cepilla en combate a gente que mata a ejércitos enteros. "Mortal Engines" es un despropósito que, además, termina con una infumable media hora final de peleitas, de explosiones, de carreras, de gritos y de revelaciones que nos las esperamos desde el minuto uno. Y el desenlace, para echarle de comer aparte: más tonto imposible. En fin, es una pena, porque visualmente es bonita, pero la película no vale un céntimo.


jueves, 20 de diciembre de 2018

MOOLAADÉ de Ousmane Sembene - 2004 - ("Moolaadé")


En un pueblo de Burkina Faso, una mujer llamada Collé Ardo acoge a cuatro niñas que huyen del ritual tradicional de la "purificación" o ablación. Collé, que siete años atrás no permitió que su hija fuera sometida a esta práctica bárbara, no está dispuesta a que sus protegidas pasen por ella. Esto la va a enfrentar a su marido, al consejo de los ancianos e incluso a otras mujeres de su comunidad. Pronto, todo su pueblo va a estar contra ella. Pero Collé no piensa ceder ni por asomo ante lo que considera una injusticia absurda, machista y brutal.


Ousmane Sembene, escritor, actor, activista político y director de cine, fue una de las más grandes figuras de la cultura de su país, Senegal. Murió en 2007 con ochenta y cuatro años y dejó una extensa carrera en las letras y, también, en el cine, en las que denunciaba el colonialismo, la hipocresía religiosa, el fracaso de la política, la corrupción e hipocresía de la burguesía nueva africana o la marginación y esclavitud de las mujeres en su continente. Fue llamado el "Padre del Cine Africano". Tiene numerosas películas en su haber, aunque difíciles de conseguir muchas de ellas incluso en la era de Internet. Las más destacadas con "Niaye", "La noire de...", "Mandabi", "Emitai", "Xala", "Ceddo", "Campo de Thiaroye", "Guelwaar", "Faat Kiné" y la comentada "Moolaadé", que, debido a que fue su última película, se ha hecho especialmente famosa fuera de su país.


Presento a Ousmane Sembene con "Moolaadé" ("Protección" o "Derecho de asilo"), porque, aunque es su última obra, las demás son bastante difíciles de ir consiguiendo y es una película de diez, de culto, y además extremadamente necesaria. ¿Se puede hacer una comedia sobre la ablación del clítoris? Sí, la pregunta es heavy. Se puede, y Sembene la hizo en 2004, y puso a parir a toda la sociedad que apoya esta asquerosa costumbre, machista y salvaje hasta la médula. Empieza, por lo menos, con muchos elementos de comedia, aunque el dramatismo se va haciendo cada vez más evidente y, lo que cuenta el filme, no tiene ni puta gracia. Una mujer trata de proteger a un grupo de niñas que le piden ayuda: según las tradiciones, les van a quitar el clítoris. Esta mujer se tendrá que enfrentar, para protegerlas, a su marido, al consejo de ancianos de su comunidad e incluso a otras mujeres que ven bien esta práctica repulsiva y que resultan ser más machistas que los propios hombres. En fin: a todo su pueblo. "Moolaadé", estremecedora y a la vez entrañable, en un equilibro muy extraño pero que funciona, es una película extremadamente necesarias, pero de verdad. Rodada con un colorido explosivo, con una bellísima fotografía, expone la realidad de un mundo brutal y la combate frontalmente con una historia estremecedora, que nadie debería dejar de ver. No olvidemos esta película ni a este director, una voz que hemos perdido ya, desgraciadamente, pero que está, también desgraciadamente, de plena actualidad en un mundo cada vez más radicalizado y fanático.


miércoles, 19 de diciembre de 2018

ROBIN HOOD de Otto Bathurst - 2018 - ("Robin Hood")


Robin de Loxley, un noble obligado a servir en las brutales Cruzadas, vuelve a su patria cansado de la guerra y encuentra con horror su castillo abandonado y su tierra en las garras del malvado sheriff de Nothingham. Para colmo, su amada, Marian, está con otro hombre y es la líder de un movimiento rebelde que actúa en las sombras para derrocar al tirano. Robin, sin embargo, ha sido seguido por alguien... Por un árabe que tiene una deuda con él y que le va a enseñar a luchar para defender a los suyos.


El británico Otto Bathurst, que se ha encargado de capítulos de series como "Black Mirror" o "Peaky Blinders", ha debutado en el largometraje con otra nueva versión de "Robin Hood" que trata de aprovechar el tirón del infame "Rey Arturo" de Guy Ritchie. Y nos deja muertos. Porque la verdad es que se esperaba algo más de él. Es más, se esperaba, por lo menos, algo digno. Porque esta película es una infamia de las grandes. El justiciero del bosque de Sherwood es Taron Edgerton ahora, y se mueve en una Edad Media anacrónica donde los nobles llevan chaquetas y bombines. En fin, cosas peores hemos visto. El menor problema es la estética, o que haya negros con rastas en Inglaterra en esos tiempos o antidisturbios equipados como en nuestros días: el problema gordo es que el argumento apesta y es ridículo. Little John es un árabe (Jaime Foxx cuesta abajo) que se pasea por Inglaterra como Pedro por su casa en pleno tiempo de las Cruzadas. Y el resto de los personajes son igual de tontos: Marian es una justiciera urbana de tres al cuarto, el padre Tuk es un secundario cómico infumable que dispara chascarrillos a la velocidad de la luz, el Sheriff es un villano de opereta y los otros caracteres directamente dan risa y cambian de alineación como de camisa.


Sumen a todo este tinglado un buen montón de diálogos estúpidos y vergonzantes, escenas de acción muy cutres (donde todo explota porque sí, y en la Edad Media, recuerden), giros de guión gratuitos e improvisados y una buena colección de escenas absolutamente bochornosas que incluyen unos escudos de metal que abren el fuego, unos árabes que tienen una suerte de ballestas-metralletas, unas minas donde hay columnas ardientes por la cara, un Robin Hood que esquiva flechas sin saber de dónde vienen o un Little John que deja su patria para meterse en la boca del lobo y que encima pasa tres kilos del asesino de su hijo. Entre otras lindezas. Película idiota y tonta, comercialidad desbocada en la peor de sus acepciones. Un truño, en fin.


martes, 18 de diciembre de 2018

LA MÁQUINA DEL TIEMPO de Simon Wells - 2002 - ("The Time Machine")


1899. Alexander Hartdegen es un científico que vive en Nueva York y que cree fervientemente en que es posible viajar a través del tiempo, una tesis que defiende sin cesar en la universidad en la que imparte clases y que le supone el desprecio de otros profesores. Una noche, mientras pasea con su novia Emma, una tragedia se cierne sobre ellos...


Sí, Simon Wells es el bisnieto de H.G. Wells. Por eso mismo, esta película puede parecer un pecado para muchos. Y es normal, porque esta versión que dirigió de "La máquina del tiempo", una de las obras clave del mítico escritor y padre de la ciencia ficción, se pasa por el forro el legado de su bisabuelo. Su sustrato político y social está muy simplificado, y sus ideas sobre la cuarta dimensión ni aparecen, y encima todo se lía en una historia de amor muy tópica y cutre y en una reflexión sobre el destino que no viene demasiado a cuento. Entiendo a los fans del autor de "La guerra de los mundos" y "El hombre invisible": esto es una infamia. Sin embargo, y para ser justos, tengo que decir que la película es muy divertida y tiene un acabado estético bastante aceptable y que capta bien los preceptos ambientales del steampunk. También, que Guy Pearce lo hace muy bien. Ok, vale, no me maten: no es suficiente. Lo sé. Soy el primero al que le molesta que cojan una obra clásica e imperecedera y la desfiguren para hacerla comercial y contentar a los públicos menos o nada exigentes. Y es verdad que tampoco es ésta la mejor cinta del propio Simon Wells, que creo que en la animación, su forma de crear predilecta, se defiende mucho, pero muchísimo mejor que en la imagen real.


Sin embargo, y a pesar de todo esto, tengo que reconocer también que esta máquina del tiempo tampoco da vergüenza ajena. Aunque prime la acción y la aventura por encima de todo. Aunque los morlocks sean algo cutres y Jeremy Irons como villano de turno esté verdaderamente terrible y hasta ridículo por momentos. Aunque se reduzca al final todo al bien contra el mal más basiquito. "La máquina del tiempo" de 2002 es una adaptación mala, de esas de tres al cuarto, sí, y eso es un delito viniendo del bisnieto de su creador, vale, pero tampoco es algo horroroso, ni una bazofia al estilo de Michael Bay ni tampoco una comedia diarréica.


lunes, 17 de diciembre de 2018

ENTRE DOS AGUAS de Isaki Lacuesta - 2018 - ("Entre dos aguas")


Cuando sale de prisión, Isra vuelve a San Fernando, su ciudad de siempre, dispuesto a comenzar una nueva vida. Allí se reencuentra con su hermano Cheíto, que ha conseguido ser militar y que mantiene bien a su familia. Él, por el contrario, no tiene dinero para ayudar a sus tres hijas pequeñas, y para colmo ni su mujer ni su madre le quieren ver, por lo cual ha de vivir en una chabola. Isra está dispuesto a todo para dar carpetazo a su pasado. Pero en su ciudad no hay trabajo y él no tiene ninguna formación, y su futuro se le presenta muy, muy negro.


Isaki Lacuesta lo ha vuelto a hacer: ha vuelto a marcarnos para siempre con una película que vuelve a coger el documental y a reinventarlo por completo. "Entre dos aguas", que hace referencia intencionada al tema homónimo del mítico Paco de Lucía, es la segunda parte de aquella apabullante película de 2006 llamada "La leyenda del tiempo", y sigue de nuevo a Isra y a su hermano Cheíto, los dos protagonistas de aquella, doce años después. Falta la cantante japonesa Makiko, que también era la otra protagonista de aquella, pero se le perdona. Porque "Entre dos aguas" es un retrato demoledor y sobrecogedor de la pobreza y de la falta de oportunidades como lleva mucho tiempo sin hacerse uno en el cine español. La vida no ha tratado bien a Isra desde que murió su padre cuando era sólo un adolescente: ha acabado en la cárcel y, al cumplir su condena, regresa a su ciudad de siempre, San Fernando, en Cádiz, en donde se da de bruces con una realidad que no tiene ninguna salida. A su hermano le ha ido mejor: es militar y mantiene a su familia, aunque a pesar de todo tiene muchas deudas y su trabajo no es seguro. Lacuesta rueda, en su estilo habitual, alejado emocionalmente, de documental casi, pero fuertemente enraizado en sus personajes, a los que ama con la cámara. Israel y Francisco José Gómez Romero duelen ante el espectador. Duelen. Se interpretan a sí mismos, en su ambiente, en una ciudad abandonada, sin oportunidades, sin futuro salvo el de la droga y el retorno a la cárcel. "Entre dos aguas" es puro pedazo de realidad, sin concesiones.


Isaki Lacuesta coloca su cámara y toma, muchas veces, planos cercanos. Los actores no profesionales se desenvuelven como en un día normal. San Fernando, una ciudad sureña deprimida, es un personaje más, aunque suele verse lejano, ausente y presente. Isra trata de recuperar a su familia, de llevar, simplemente, una vida normal y corriente y de pasar la página de sus problemas con las drogas y el trapicheo y su estancia en prisión. No puede: no tiene nada, y su ambiente no tiene nada que ofrecerle. Deambula por su barrio, se gana el pan de mala manera, hace algunas chapuzas, visita a sus hijas, va a fiestas y sale con sus amigos. Su madre no le habla y su hermano trata de ayudarle. Pero la existencia para algunos no es más que un agujero, desde que nacen. "Entre dos aguas" es belleza y horror, desesperación y humanidad pura. Es una de las películas más descorazonadoras, hermosas y combativas de los últimos años. Viva Isaki Lacuesta.


domingo, 16 de diciembre de 2018

GOOD BYE, LENIN! de Wolfgang Becker - 2003 - ("Good Bye, Lenin!")


Octubre de 1989. Berlín. La ciudad, y especialmente su parte oriental, vive una época muy turbulenta, con manifestaciones y refriegas continuas, y cada vez parecen ser más ciertos los rumores que dicen que el Muro finalmente va a caer más pronto que tarde. La madre de Alex, una mujer fanática del comunismo, se sumerge en un coma justo durante esos días... Ocho meses después, despierta en un mundo radicalmente nuevo: el Muro efectivamente ha caído y el capitalismo ha triunfado. Alex, temeroso de que su madre no lo supere, va a crearle un universo imaginario donde todo sigue exactamente igual que como ella lo dejó. Pero no va a ser nada fácil.


El alemán Wolfgang Becker, poco prolífico, se hizo especialmente famoso en el año 2003 con la película que hoy comentamos. Su filmografía, espaciada, se compone del drama "Child's Play", de la comedia dramática "La vida en obras", de la comentada "Good Bye, Lenin!" y del drama "Yo y Kaminski".


"Good Bye, Lenin!", multipremiada en su día, exitosísima y mítica de forma instantánea en su Alemania "natal", es una bella película que sabe conjugar espléndidamente el drama y la comedia y, cosa que es bastante meritoria, la comercialidad con un mínimo poso autoral. Wolfgang Becker escribió el guión basándose en algunas de sus experiencias durante los años previos y posteriores a la caída del Muro de Berlín, pues aunque había nacido en Hemer, una pequeña ciudad de Westfalia, estudió en la actual capital germana. Un entrañable Daniel Brühl da vida, en el papel que posiblemente le lanzó de forma definitiva a la fama, a un chico de la parte este de Berlín que, tras el fin del régimen, ha de crear un mundo imaginario para su madre, enferma, en el que todo sigue tal y como ella lo dejó. La película no es que sea una gran disección de la política de aquel momento ni tampoco un grandísimo drama de corte social, pero sí que retrata muy, muy bien, cómo se vivió el paso brusco, de un día para otro prácticamente, de un régimen comunista a uno capitalista, y los problemas e incoherencias de ambos. También es, ante todo, una bellísima historia de amor entre madres e hijos, y tiene personajes muy bien dibujados, una banda sonora excelente y escenas que han quedado para el recuerdo por méritos propios. "Good Bye, Lenin!" es una película histórica coherente y lúcida, que enseña una parte básica de una época turbulenta en Europa y en el mundo con lógica y con una nostalgia que nunca se hace pastosa.