Porco Rosso

Porco Rosso

lunes, 30 de abril de 2018

PETER Y EL DRAGÓN de David Lowery - 2016 - ("Pete's Dragon")


Grace Meacham siempre ha escuchado divertida las historias que su padre ha contado sobre un dragón que vive oculto en los bosques que circundan a su pequeña ciudad. Ella, que trabaja como guarda forestal, nunca lo ha visto, sin embargo. Hasta que un día le ocurre algo... Algo maravilloso y extraordinario.


David Lowery es un director que ha probado de sobra que busca una personalidad como autor con "En un lugar sin ley" y "A Ghost Story". Entre ambas, sin embargo, dirigió, en 2016, "Peter y el Dragón", un remake de la película famosa "Pedro y el Dragón Elliot", una obra de los estudios de Walt Disney (no incluida en su cánon de clásicos) de 1977 dirigida por ese extraño todoterreno, algo infravalorado, que fue Don Chaffey, autor también de los clásicos "Jasón y los Argonautas" y "Hace un millón de años". Esta nueva versión de esta obra es una película de encargo para Lowery: hay que tenerlo en cuenta en todo momento. Aunque él intenta hacer algo digno y serio, su trama no da para más: es la historia de amistad entre un dragón y un niño con un mensaje sobre la mencionada amistad y ecologista. Punto. Hay poco margen para hacer algo personal. Sin embargo, y tratándose de un remake de esos que ahora están de moda en Disney, consistentes en re-rodar sus clásicos con actores, "Peter y el dragón" no resulta horroroso. Especialmente, en lo visual es una delicia: el dragón es precioso, con un toque "perruno", y parece estar hecho de hierba. Muy bien en este sentido. La historia es normalita, y los personajes también, y es todo cien por cien predecible. Sin embargo, no se da gato por liebre: lo que hay es lo que se ve, y no se recurren a mensajes ñoños ni efectistas. Lowery no trata a los niños, el público potencial de este filme, como a tontos, lo cual ayuda. Y los actores y las actrices dan dignidad a unos personajes bastante limitados, y eso también se agradece. "Peter y el Dragón" es una película alimenticia pero hecha en todo momento con un mínimo de cariño. Se le agradece a Lowery, especialmente porque es bastante difícil, como autor, tomarse en serio una obra en la que se tiene un poder muy acotado y que tiene unos objetivos demasiado simples para lo que un autor busca. No va a pasar a la historia y ni siquiera tendrá un lugar destacado en su filmografía, pero en todo momento se puede ver y disfrutar bien.


domingo, 29 de abril de 2018

MUSA de Jaume Balagueró - 2017 - ("Musa")


Samuel Salomon es un poeta y profesor de literatura universitario de Dublín que, tras el suicidio de la joven estudiante con la que salía, ha caído en una terrible depresión. Hace un año que ya no da clases y que lleva una vida triste y solitaria, en su apartamento, preso de los recuerdos. Samuel empieza, un día, a tener extrañas pesadillas... Y estas pesadillas le llevan a un lugar en el que va a hacer un monstruoso descubrimiento.


Jaume Balagueró siempre me ha parecido un director algo sobrevalorado, que es capaz de dar lo mejor y de dar lo peor y que tiene una carrera tremendamente irregular. Es cierto que a finales de los años noventa supo, con "Los Sin Nombre", ofrecer algo ciertamente diferente al cine español fantástico comercial de entonces. Sin embargo, desde su debut, ha alternado sin cesar obras geniales (que las tiene, y buenas, como la primera "REC" y la estupenda "Mientras duermes") con algunas cosas que no tienen nada que envidiar al peor cine de terror palomitero americano (como la porquería de "Darkness" o los destrozos de la saga "REC II" y "REC IV: Apocalipsis"). Su última película, "Musa", es otra más del último palo, por desgracia. No sé cómo estará la novela de José Carlos Somoza en la que se basa: la adaptación es un completo desastre. Todos los peores tics del mencionado cine de terror palomitero cutre están aquí. La trama es un despropósito, llena de topicazos de los gruesos y, encima, de lagunas de guión inmensas, y los personajes son planos y tienen un desarrollo lleno de altibajos. La ambientación está "ok", pero tampoco es que sea un dechado de originalidad: los clásicos escenarios oscuros con una buena fotografía y punto. "Musa" es una película mala, pero mala, mala. Y soporífera, porque además no tiene ningún ritmo, ningún equilibrio entre el drama y el terror, y se basa constantemente en unos sustos muy mediocres y cimientados en lo esperable y para colmo tiene un montón de callejones sin salida y subtramas que no llevan a ninguna parte. Deja de interesar pronto, y como he dicho, tiene lagunas de guión y fallos de bulto.


Las villanas de la función son espíritus con un poder increíble que se dedican a matar a secundarios que no vienen al caso y a dejar vivos a los protagonistas para que puedan volver a por ellas y darles en la boca. Los protagonistas deambulan de un lado a otro sacando pistas obvias y cagándola de forma bestial y aún así sobreviviendo por ciencia infusa. Los secundarios no sirven más que para morir: todos están extraordinariamente desperdiciados, y encima vienen interpretados por actores y actrices de renombre como Franka Potente o Christopher Lloyd, colocados aquí en papeles lamentables. Los giros de guión son muy torpes, e incluso hay por ahí una elipsis bestial en la que tanto buenos como malos se dejan escapar mutuamente sin sentido ninguno. Todo es petedura de pata en esta tontería que no tiene nada que envidiar a la peor película americana de terror veraniego o navideño penco. En serio: es terrible. No merece la pena en absoluto perder el tiempo con esta chaladura.


viernes, 27 de abril de 2018

CAMPEONES de Javier Fesser - 2018 - ("Campeones")


Marco es un entrenador de baloncesto profesional amargado y bastante gilipollas que pasa por un mal momento personal y que, tras una bronca con el primer entrenador de su equipo en medio de un partido, es expulsado de la formación. Esa noche, borracho hasta las cejas, es pillado para colmo conduciendo de forma temeraria por la policía y condenado a tres meses de trabajos sociales. Y lo que ha de hacer le pone de los nervios: ha de entrenar a un desastroso equipo de discapacitados en un polideportivo de barrio ruinoso. La vida de Marco se convierte en un infierno. Y, sin embargo, algo está a punto de cambiar para él.


Cuando una película está bien hecha, está bien hecha, y cuando un director es bueno, es bueno. Lógica de la más barata y frase cutre donde las haya, pero es que es cierta. "Campeones" podría haber sido, en manos de un director mediocre, la cutrería de superación suprema, un truño ñoño digno de cualquier producción americana penca. Y lo cierto es que la película en sí no es original ni trae nada nuevo, y hasta uno se la sabe de memoria. Sin embargo, está tan bien hecha, con tanto mimo, con tanto cariño, el que siempre le pone Javier Fesser a todo lo que hace, que resulta maravillosa y emociona. Sí, aunque sea lo más predecible del mundo. Y lo dice uno que odia por lo general las películas de superación por considerarlas facilonas y poco ajustadas a muchos casos reales. Un Javier Gutiérrez con mucho carisma interpreta a un entrenador de baloncesto bastante gilipollas e insufrible que es condenado, por conducción temeraria y encima borracho, a entrenar durante tres meses a un equipo de discapacitados bastante desastroso y además en un polideportivo de barrio cutre y ruinoso. Se imaginan qué pasa. Fesser, sin embargo, a algo tan a priori típico, le da su personalidad: sabe, esencialmente, dar el toque justo entre el humor y el drama, y ninguno de los dos resulta ni cargante y ni falso. El humor es a veces políticamente incorrecto, a veces tierno, a veces absurdo, a veces bestia, pero siempre funciona y siempre es sincero. El drama no hace aspavientos efectistas, ni manipula al espectador para que llore por la fuerza: es totalmente natural, y a pocos creadores suele salirle tan bien y con tanta fluidez y coherencia realista. Los personajes son encantadores, y el elenco en su totalidad está en estado de gracia.


Hay muchos momentos desternillantes en esta película (me he reído muchísimo, mucho más de lo que esperaba en un principio) y otros tantos que consiguen emocionar, y con ellos se transmiten valores positivos y solidarios, de amistad y hermanamiento, pero sin hacer demagogias baratas ni insertar frases estúpidas o moralinas forzadas. "Campeones" es lo que debería ser toda comedia comercial: una película deliciosa, para todos los públicos pero de verdad, muy seria pero muy divertida a la vez, curativa y didáctica esquivando todos los lugares comunes malos del habitual didactismo de la ficción. Muy bien por Javier Fesser. Se merece sobradamente el éxito arrollador que el filme está teniendo. La comedia española tendría que ser siempre así, y, sobre todo, alejarse de los malditos tics televisivos rancios con los que la mayoría de realizadores la terminan empantanando.


jueves, 26 de abril de 2018

LA INFLUENCIA de Pedro Aguilera - 2007 - ("La influencia")


La señora Rivero tiene un negocio de diversos artículos de barrio que no marcha nada, pero nada bien. Apenas tiene clientes y está al borde del embargo. Para colmo, tiene dos niños, uno pequeño y una adolescente, que cuida en total soledad, y encima no cuenta con ayuda de nadie en su casa. Su vida, poco a poco, se desliza en el desasosiego y en la depresión... Cada día, ve el futuro más negro, y cada día tiene menos fuerza para seguir adelante y tratar de cambiarlo.


Leyendo una entrevista al director Pedro Aguilera, leo que él dice que es "vitalista" y "entusiasta", y que intenta "ayudar a la peña y estar de buen rollo", pero que también hace "películas oscuras". Me ha hecho gracia, porque el propio entrevistador le dice, entre risas, que sus tres obras hasta ahora son la alegría de la huerta. El director de San Sebastián se ha creado en ellas una fama de director negro y crudo, depresivo y deprimente. No es para menos, porque las tres ("La influencia", "Naufragio" y "Demonios tus ojos") de corte social aunque tratando asuntos diferentes, son para verlas en buenos momentos porque, es cierto, son bastante oscuras y, sobre todo las dos primeras, auténticos abismos incluso. "La influencia" es, como he mencionado, su debut, una película que narra la desintegración de una mujer a causa de la pobreza que cae, directamente, desde la clase media hasta la pura indigencia. En 2007, antes de la crisis de 2008 cuyas consecuencias en parte todavía sufrimos, cuando había solamente alrededor de un ocho por ciento de paro en España y cuando se ataban, como quien dice, a los perros con longanizas, una madre sin ayuda de nadie pierde su negocio, ruinoso, y toda su vida se va lentamente al carajo, pero al carajo con todas las letras. Pedro Aguilera, en un estilo sobrio, sencillísimo, se distancia sin cesar tanto de los personajes como del espectador y retrata este descenso a los infiernos de la depresión más absoluta casi como si de un documental se tratase. "La influencia" es dura, durísima. Pone los pelos de punta, y crea verdadero desasosiego porque todos podemos reconocernos en su protagonista en algún momento de nuestras vidas y porque la ansiedad y la depresión son el pan nuestro de cada día de las sociedades desarrolladas (irónicamente).


Siendo totalmente cotidiana, "La influencia" llega a parecer una película de terror en algunos pasajes. Y enseña, una vez más, que en las mentadas sociedades de la abundancia, incluso cuando están en ciclos económicos de bonanza, cualquiera puede caer en cualquier momento y verse desclasado por un sistema capitalista despiadado que no espera a nadie. Los actores del filme, poco conocidos, están excelentes, y la protagonista, Paloma Morales, es puro dolor en pantalla, puro sufrimiento: está absolutamente soberbia en su papel. Los secundarios, idem, especialmente sus dos hijos en la ficción, interpretados con una extrañeza que descoloca totalmente y que brilla, sobre todo teniendo en cuenta lo difícil que es dirigir a intérpretes tan jóvenes y que estos encuentren el punto adecuado en papeles tan compliados. La dirección de Pedro Aguilera es perfecta, y los diálogos escuetos pero claros y llenos de significado, y muchas escenas se quedan para siempre marcadas en la retina. "La influencia" es un debut fulminante, que no deja indiferente, y que da el pistoletazo de salida a una carrera muy personal de un director español muy personal y que siempre trata de arriesgarse y hacer cosas diferentes.


miércoles, 25 de abril de 2018

50 SOMBRAS LIBERADAS de James Foley - 2018 - ("Fifty Shades Freed")


Christian y Anastasia por fin se han casado, y están a punto de comenzar su viaje de novios y una nueva vida juntos llena de lujos e ilusión. Por desgracia, ambos siguen siendo presas de terribles inseguridades que van a empezar a aflorar en su día a día cotidiano. Y además, los fantasmas de sus respectivos pasados no van a dejar de perseguirles...


La pasada semana hablaba de "Professor Marston and The Wonder Women", película que es un ejemplo de cómo tratar asuntos como el bdsm, la bisexualidad o el poliamor en Hollywood. Hoy me toca hablar de "50 Sombras Liberadas", que es todo lo contrario: el peor de los ejemplos, el que sólo se centra en el morbo de baratillo, en los tópicos más gruesos y en las explicaciones más rancias y pacatas (basadas en traumas sexuales y emocionales) para tratar una sexualidad alternativa de forma oscura, maniquea y conservadora. Termina la saga "sado" comercial por excelencia de la década con todo lo pésimo que tenían sus dos antecesoras multiplicado por cien. Aquellas eran una basura y un despropósito, y trataban de dar gato por liebre con comentarios intelectualoides de pacotilla y escenas sexuales de película de destape pasadas por un filtro cool artificial. Esta ya ni eso: ya solamente tenemos un drama romántico de sobremesa descarado y chapucero. Los dos protagonistas, peores que nunca, se casan, y se dedican ya a agitar fantasmas de celos y a pelearse por tener o no tener hijos comportándose como un energúmeno controlador él (con algunos coqueteos con un machismo asquerosito muy peligrosos) y como una arpía ella (con amago de pelea de gatas en celo incluido). Mientras, follan, pero de forma cutre, enseñando tetas y algún culo, con desgana, para pasar la gorra. Si esperan encontrar alguna escena sexual excitante, se llevarán un chascazo: son todavía más lamentables que las de las dos anteriores entregas. Y para terminar de repeler del todo, la trama central va de una venganza del jefe celoso de la segunda parte en tono de thriller de secuestros televisivo de tres al cuarto (el tipo aparece pésimamente maquillado, con ojeras y todo... dan ganas de vomitar de la vergüenza ajena que produce). ¿En serio? Muy en serio.


Todo esto tienen que sazonarlo encima con la corrección política norteamericana más pastelosa y familiar, porque eso, señoras y señores, es algo que no puede faltar nunca en estas romanticadas comerciales. Sumen unos diálogos de risa, unos secundarios nulos que no pintan nada, una estética de anuncio de colonia y, lo único apañado, una banda sonora que por lo menos es algo resultona. El noventa y nueve por ciento de esta cosa infame es puta, pero puta mierda. De la más hedionda. Se termina, por fin, una exitosa trilogía que no acompaña su éxito con la calidad y que ofrece, tras su envoltorio a priori morboso y transgresor, un retrato beato y conservador de la sexualidad y de las relaciones personales de la peor especie. Auténtica basura. Por lo menos, ya ha acabado la idiotez (al menos de momento).


martes, 24 de abril de 2018

LIFI, UNA GALLINA TOCADA DEL ALA de Oh Seong-yoon - 2011 - ("Madangeul Naon Amtak")


Lifi es una gallina que, harta de vivir en un corral en el que sólo ha de comer y poner huevos durante todo el día, decide arriesgarlo todo y escapar hacia el mundo de los alrededores. Allí, va a descubrir lo que es, por fin, la libertad. Pero la libertad también entraña peligros: el mundo natural es un mundo igualmente cruel y despiadado donde los más fuertes son los que sobreviven.


No conocía al surcoreano Oh Seong-yoon y la que parece que hasta ahora es su única película: "Lifi, una gallina tocada del ala". Una película que me ha parecido fantástica y maravillosa y una obra maestra de la animación. Si hay una obra, animada o no, en los últimos años que define a la perfección el cine animalista es tal vez ésta. Es, además, una película educativa, pero educativa de verdad, sin maniqueísmos y sin moralinas baratas. "Lifi" (me ahorro el horrendo subtítulo para la versión española) narra una historia de dualidades en la que nada es o blanco o negro. Su protagonista escapa del corral en el que es explotada para poner huevos por un granjero y huye a la naturaleza, pero descubre que el mundo natural es también un mundo despiadado en el que hay que sobrevivir día a día. Idealización cero. Allí, va a encontrar alegrías y tristezas, y una lucha por la vida ambigua en la que nadie es completamente malo o completamente bueno. "Lifi" es una fábula que habla de la libertad, de la superación, del especismo (que se da también entre los propios animales aquí y que puede ser perfectamente extrapolado a la crítica al racismo), de la valentía, de la comprensión, de la amistad, del sacrificio, de las relaciones entre madres e hijos. También habla sin embargo de la lucha por la supervivencia, que a veces crea enemigos donde no tendría a priori por qué haberlos. Desmitifica a la naturaleza, aunque también la alaba como lugar de salvación y libertad a pesar de todo. Es coherente y lúcida, y no se anda por las ramas.


Oh Seong-yoon, valiéndose de una animación preciosa, naif y sencilla pero de bellos diseños y con un tratamiento muy hermoso de la luz y el color, nos lleva por la historia de esta gallina valiente alternando muy bien el drama, el humor (genial el personaje de la nutria alcalde), la acción y el puro divertimento. "Lifi" es una delicia para los sentidos y para el alma: en serio lo digo. Sus personajes son maravillosos, su mensaje muestra la dualidad de la vida en todos sus aspectos y su desenlace, cargado de sorpresas llenas de significado, pone absolutamente los pelos de punta. Lloré viendo esta película, de verdad. No se la pierdan, en serio: es además bastante desconocida y hay que reivindicarla porque se lo merece de sobra.


lunes, 23 de abril de 2018

UN LUGAR TRANQUILO de John Krasinski - 2018 - ("A quiet place")


ESTA PELÍCULA NO TIENE SINOPSIS DEBIDO A QUE HA DE SER AFRONTADA SABIENDO LO MÍNIMO DE ELLA


El actor norteamericano John Krasinski es también escritor y director. Tiene en su haber tras las cámaras la adaptación literaria "Entrevistas breves con hombres repulsivos", la comedia "Los Hollar" y la recién estrenada "Un lugar tranquilo", las tres de géneros y estilos bastante diferentes.


"Un lugar tranquilo" es la mejor película de terror que he visto en lo que va de año y, posiblemente, en los últimos años en general. Mejor no saber mucho de ella: la crítica va a ser hoy corta. John Krasinski explota el mejor terror, el de la sugerencia, para realizar una obra que transcurre en prácticamente un silencio total. Los protagonistas están aislados en un lugar y no pueden hacer ruido; si no, morirán. ¿Por qué? El espectador habrá de ir descubriéndolo poco a poco, y no será precisamente por medio de sorpresas agradables. El director, también actor principal aquí, explota a la perfección el terror que late en el silencio y sus infinitas posibilidades: caída de objetos, voces irreprimibles, aparatos tecnológicos... Todo es susceptible de atraer a la muerte. Desde una introducción que me ha resultado magistral y que ya pone los pelos de punta hasta un desenlace absolutamente maravilloso, "Un lugar tranquilo" es una sucesión de tensiones interminables que nos ponen contra las cuerdas sin cesar y que nos regala momentos de horror para el recuerdo. La ambientación es la perfecta, y las interpretaciones (las jóvenes también) las ideales, y la imaginación está servida al servicio, valga la redundancia, de una trama que trata de esquivar y esquiva desde su primer minuto todos los tópicos de su género. Tiene algunos fallos, evidentemente (y de ellos hablaré en el espacio para spoilers), pero se le perdonan a Krasinski por ser capaz de hacer pasar tan malos (buenos) ratos frente a una pantalla. Y aquí me quedo. Sólo lo repito: lo pasé fatal viendo "Un lugar tranquilo". Corran al cine: no se arrepentirán.


ESPACIO PARA SPOILERS: Es bastante absurdo que prácticamente toda la humanidad, en nuestros días, sea incapaz de vencer a una especie asesina con oídos gigantescos y luego la solución la encuentre un refugiado en una granja, un hombre completamente común. Con nuestra tecnología actual hay de sobra, pero de sobra, para acabar con esta raza invasora sin dejar ni rastro de ella. Sin embargo, sin esta "licencia" no habría habido película. Es muy absurdo que la Tierra haya quedado desolada por semejantes bichos, pero se le perdona a un filme tan maravilloso como éste.


viernes, 20 de abril de 2018

PROFESSOR MARSTON AND THE WONDER WOMEN de Angela Robinson - 2017 - ("Professor Marston and The Wonder Women")


1945. El profesor William Moulton Marston, creador de la superheroína de los cómics Wonder Woman, es citado a declarar ante los investigadores de la Asociación para el Estudio de los Niños de América, que cree que su personaje es perverso y que, además, le ve a él como un depravado, ya que convive desde hace años con dos mujeres. William va a comenzar a defender a Wonder Woman. Y la historia de su creación e inspiración va a salir a la luz.


Angela Robinson es una directora norteamerica con una filmografía irregular que ha mejorado en su última película, la comentada "Professor Marston and The Wonder Women". Sus anteriores películas son las flojas comedias "D.E.B.S. Espías en acción" y "Herbie: A Tope". Ha participado también en las series "The L. World", "Gigantic" y "Ángeles de Charlie" (versión de 2011).


Pocas personas conocen el contexto y la esencia original de la superheroína de los cómics Wonder Woman, masacrada por la corrección política que la transformó en una sombra de sí misma y la despojó de todo su contenido rebelde y reivindicativo. Personaje feminista, aunque algunos ignorantes y fanáticos digan que no lo es por tener o no tener pelos en los sobacos, fue creada por el psicólogo, teórico e inventor norteamericano (autor del detector de mentiras además) William Moulton Marston como un símbolo de la lucha de las mujeres por sus derechos y su libertad. Este hombre y sus dos compañeras fueron poliamorosos durante los años veinte, treinta y cuarenta del siglo pasado (ahí es nada), y, tras su muerte prematura a causa de un cáncer de piel, ambas, Ellizabeth Holloway y Olive Byrne, siguieron viviendo juntas el resto de su vida. No sólo eran poliamorosos: practicaban también el Bdsm y eran bisexuales. Y precisamente Wonder Woman, creada inspirada en estas dos mujeres, era un personaje que, armada con un "látigo de la verdad", venía a hacer justicia en un mundo de hombres, a los que ataba y sometía para conseguir la igualdad y llegar a un acuerdo razonable entre ambos sexos. La censura posterior a la muerte de Marston la convirtió en una pantomina que en las últimas décadas, por suerte, se ha ido recuperando. "Professor Marston and The Wonder Women" es la historia de la creación de este personaje, de la relación amorosa de los tres protagonistas y de su lucha contra una sociedad beata y pacata, opresiva e hipócrita.


Angela Robinson entrega su mejor filme hasta la fecha y, aunque es cierto que podría haber desarrollado más algunos de sus aspectos, escapa con sutileza de todo posible truco demagogo o de telefilme y no se corta a la hora de llamar a las cosas por su nombre. Le imprime ritmo al conjunto, y retrata a los personajes con coherencia y por medio de unos diálogos muy lúcidos y algunas escenas de gran carga erótica y emocional muy bien conseguidas, y además no utiliza maniqueísmos y desarrolla muy bien el hecho de que, a veces, las personas aparentemente más sumisas sean las más fuertes y valientes socialmente hablando. Luke Evans, Rebeca Hall y Bella Heathcote son el trío protagonista, y están los tres espléndidos. La representación de la época también es muy rica, y la situación en el contexto es clara, concisa y crítica. En tiempos de "Sombras de Grey" y demás historietas cutres que no tienen nada que ver con el Bdsm real, "Professor Marston and The Wonder Women", con sus posibles defectos, viene a llenar un hueco por lo menos serio dentro de la industria del cine americano, siempre preso de sus visiones estrictamente bicolor de cualquier asunto. Muy recomendable en líneas generales.


Si quieren saber más de esta historia y de todo lo que late alrededor de la creación y la posterior evolución del personaje de Wonder Woman, les recomiendo el ensayo "Wonder Woman. Bondage y Feminismo" del escritor y ensayista cultura Noah Bertlasky, publicada en España por Gasmask Editores.

Aquí tienen más información.


jueves, 19 de abril de 2018

TONI ERDMANN de Maren Ade - 2016 - ("Toni Erdmann")


Winfried Conradi es un viejo profesor de música alemán con una vida desastrosa que no ve mucho a su hija Inés, que es una de las jefazas de una prestigiosa consultora establecida en Bucarest. Cuando muere su perro, Winfried, sumido en la tristeza, decide visitarla y pasar unos días de vacaciones con ella. En la capital rumana, descubre que Inés es ciertamente una triunfadora social y laboral y uno de los grandes nombres de su empresa, pero descubre también que no parece en absoluto ser feliz con su vida estresante y solitaria. Entonces, va a decidir hacer algo por ella.


La alemana Maren Ade ha dirigido hasta ahora tres películas: el drama sobre la enseñanza "Los árboles no dejan ver el bosque", el drama romántico "Entre nosotros" y la tragicomedia que comento hoy, "Toni Erdmann".


"Toni Erdmann" ha sido la gran sensación de la comedia alemana de los últimos dos años, y no es para menos. Se trata realmente de una tragicomedia, como me gusta llamarlas a mi, y es un trabajo que trata de escapar constantemente de soluciones convencionales y que disecciona con un ojo despiadado, sin concesiones de ninguna clase, el mundo laboral capitalista de nuestros días que ha dejado la post-crisis del 2008. El punto de partida es la historia de una hija trabajoadicta y un padre que es un desastre. Ella es una gran ejecutiva que trabaja en Rumanía, país más pobre que el suyo, haciendo guarradas legales (pero guarradas siempre) que cuestan el despido a muchos trabajadores para poder enriquecer a empresas repulsivas. Pero ella no es feliz, aunque tal vez cree serlo. Y su padre, con el que no tiene una relación muy íntima, va a tratar de ayudarle a encontrar un camino... De forma nada convencional y echando mano de la imaginación y de la pura locura, ridiculizando al sistema en su propia cara. "Toni Erdmann", que habla de sueños perdidos, de relaciones acabadas, de machismo, de injusticia, de demencial laboral, de alienación humana y también de esperanza, es arriesgada, valiente, y no se conforma con recurrir a los tópicos esperables de su género. Es cierto que en su desenlace a mi se me viene un poco abajo, porque se diluyen algunos de sus objetivos (especialmente los de crítica social) y porque el filme dura la friolera de casi tres horas que, no siempre, logran mantener el ritmo. Sin embargo, a pesar de esto, es una de las películas más conmovedoras y duras y a la par desternillantes que he tenido el gusto de ver en mucho tiempo.


Tiene este filme unas situaciones que ponen los pelos de punta, tiene unos diálogos delirantes, y tiene una ironía y una mordacidad negras que apuntan directamente a la cara del mundo del triunfo trabajocéntrico de nuestros días que se quedan grabadas para siempre en la retina del espectador. Y los dos actores protagonistas, Peter Simonischek y Sandra Hüller, están absolutamente inolvidables y tienen una química envidiable que sostiene ya de por sí sola a toda la película, incluso en sus mencionados tramos más lentos y tanto en lo referido a la pura comedia como en lo referido al drama de verdad (la escena del parque es totalmente antológica). "Toni Erdmann" es una de las últimas grandes sorpresas del cine alemán. Buscaré las dos películas anteriores de Maren Ade y seguiré con interés su carrera. Esta directora promete, y mucho.


miércoles, 18 de abril de 2018

PROYECTO RAMPAGE de Brad Peyton - 2018 - ("Rampage")


Davis Okoye es un primatólogo algo solitario que no gusta mucho de estar con las personas: prefiere a los animales y su mejor amigo es George, un gorila blanco al que cuida desde que era una cría. Un día, algo extraño ocurre. George empieza a enloquecer de repente y sin ninguna razón... E inquietantes hechos suceden en otras partes de los Estados Unidos...


El canadiense Brad Peyton es un director mediocre de películas comerciales de tres al cuarto. Su cutre filmografía se compone de las secuelas "Como perros y gatos: La revancha de Kitty Galore" y "Viaje al Centro de la Tierra II: La Isla Misteriosa", el filme de animación "Pirate's Passage", el filme de catástrofes "San Andrés", el filme de terror "El Exterminador" y la comentada "Proyecto Rampage".


"Proyecto Rampage" está basada en el mítico videojuego "Rampage" de 1986, y es uno de los bodriazos de este año de seguro y con diferencia. No voy a negar que como comedia involuntaria la película me ha hecho de reír en algún momento de lo absurda que es, pero eso no la salva de ser una mierda pinchada en un palo. The Rock, que estrena por año ya más cosas que Nicholas Cage, es un primatólogo que tiene que salvar el mundo de una mutación estúpida que crea un gorila gigante, un lobo enorme que vuela y un reptil colosal indefinido que se cargan las ciudades porque sí. Todo es un desastre. La trama es una gilipollez con lagunas de guión a tutiplén, los protagonistas son pueriles hasta decir basta, los villanos dan puta pena de lo patéticos que son, los diálogos son vergonzantes y el humor está basado en chascarrillos pretendidamente molones que dan bastante asco. Todo es por la cara y hay hasta fallos de continuidad bestiales. Alguien se levanta por la mañana y resulta que la tele está ya puesta sin volumen y al plano siguiente ya tiene volumen. Un personaje le repite a otro un chiste en el que... No ha estado presente. ¿Cómo coño lo sabe? Los monstruos tiran a una gente por los aires pero luego a personajes importantes se los quieren comer por la cara, porque sí. Al laboratorio secreto más importante del mundo puede acceder cualquiera como Pedro por su casa y llevarse de allí lo que quiera. Los protagonistas escapan de unos militares jugando al "pilla pilla". A The Rock le pegan un tiro en el estómago pero sigue su vida normal diciendo "tranquilos, no me han dado en ningún órgano vital". Luego, se estrella con un helicóptero cayendo desde un rascacielos, pero también se la sopla y se pone a disparar a los monstruos. Ah, sí, y tres personajes secundarios que aparecen al inicio del filme desaparecen luego por la cara. Desastrosa y disparatada. En fin, una basura. Ni caso a esta cosa: déjenla para las sesiones de botellón en casa de amigos y mejor véanla borrachos en televisión.


lunes, 16 de abril de 2018

THE NIGHT OF de Steven Zaillian - 2016 - ("The Night Of")


Nasir Khan es un joven de Nueva York que, durante una noche de juerga en la que coge sin permiso el taxi de su padre, se lía con una chica, con la que tiene sexo y con la que además consume drogas. Cuando se levanta, aturdido, en la casa de la desconocida, Nasir descubre con horror que está muerta... Y que ha sido brutalmente apuñalada. Para él está a punto de comenzar un terrible y monstruoso infierno...


El director y guionista norteamericano Steven Zaillian ha dirigido las películas "En busca de Bobby Fisher", "Acción Civil" y "Todos los hombres del Rey", de irregular calidad. Entre sus guiones sí se cuentan mejores obras como "La Lista de Schindler", "Gangs of New York" y "American Gangster". También es el creador de la espectacular serie "The Night Of".


"The Night Of", basada en otra serie, "Criminal Justice", de 2008 y 2009, es una de las series, valga la redundancia, más apasionantes que he tenido el gusto de ver en este último par de años. Es una historia que se puede antojar tópica en su premisa: un joven se lía con una chica y ésta aparece muerta y él es culpado. Drama carcelario con jucios. Sin embargo, se sale no solamente de todos los tópicos esperables del género, sino que además se centra en el retrato social de los USA de la paranoia de los últimos tiempos. Porque el chico pertenece a una familia de ascendencia paquistaní, y el abogado que va a defenderle es un judío que tiene un hijo negro. La Nueva York cosmopolita y multiracial y multicultural está plenamente representada además con otra abogada de origen indio y con un brutal retrato de los prejuicios que alimentan un supuesto asesinato como el central. "The Night Of", más que un thriller, que también, es un retrato de cómo estos prejuicios raciales y culturales destruyen la vida de alguien que ingresa en prisión preventiva y que, todavía sin haber sido declarado culpable de forma definitiva, es señalado y destruido socialmente. Un soberbio Riz Ahmed, que es capaz de cambiar de registro varias veces en la misma trama, es este chico condenado y señalado. Y lo clava. Y su abogado es un John Turturro que vuelve a brillar con luz propia en un papelón que le da a la serie al mejor de sus personajes, un dechado de carisma. Y luego está Michael K. Williams, el inolvidable Omar de "The Wire", que vuelve a dejarnos otra interpretación para el recuedo como el compañero de prisión mafioso del protagonista, un personaje lleno de claroscuros y ambigüedades. Y Bill Camp, finalmente, nos regala al detective de turno, a punto de jubilarse y con un gran caso sobre sus espaldas a última hora.


"The Night Of" es una obra maestra de la mini-serie. Es sobria, brutal, sin concesiones, inteligente, lúcida y con unos diálogos magistrales. Todos sus personajes, como he comentado, son una maravilla y se nos meten en el bolsillo en el primer capítulo. Por cierto, que vaya primer capítulo: es una total "terapia de shock" narrativa; lo he pasado faltal, pero fatal, fatal con este comienzo de temporada que ya auguraba una gran historia. A muchos tal vez les falle el hecho comentado de que Steven Zaillian se centre más en el puro retrato social que en el mencionado thriller: es la única "pega" que se le puede poner a "The Night Of", unida a un desenlace que a todos no va a gustar (pero que tal vez de en algún momento para una continuación). Pero es una pega muy pequeña, si es que acaso se le puede llamar así, porque la intención del guión no es otra que exponer las vergüenzas de la Norteamérica de nuestros días, de miedo y paranoia, de prejuicios e hipocresías, donde se condena a alguien antes de tener el veredicto final (la era de las redes sociales: estamos por desgracia muy acostumbrados ya a esto) y donde se le endosan unos tópicos según su raza y su cultura. Retratado todo esto, además, en todos sus estratos: desde la familia hasta la policía pasando por los delincuentes o los abogados. "The Night Of" es una obra maestra. No sé si tendrá finalmente segunda temporada: se ha hablado de ella pero en cerca de dos años no se ha concretado nada. Tanto si finalmente la tiene como si no, lo que nos deja ya seguro es una joya de la historia social y judicial. Imprescindible.


domingo, 15 de abril de 2018

BAYWATCH: LOS VIGILANTES DE LA PLAYA de Seth Gordon - 2017 - ("Baywatch")


Mitch Buchannon, experto socorrista, es uno de los jefes de su división de vigilantes de la playa en Santa Mónica, en la costa de Los Angeles. Mitch es un tipo molón, famoso, ligón y querido por todos. Un día, llega al lugar un atractivo joven llamado Matt Brody, otro experto del trabajo en el mar que pronto se destapa como un tipo chulo y bravucón y que aún más pronto choca con Mitch. Entre ambos surge una rivalidad y una ojeriza tremenda. Sin embargo, van a tener que colaborar... A su pesar.


El norteamericano Seth Gordon, curtido en numerosas series televisivas, se estrenó en el largometraje con el documental "The King of Kong: A Fistful of Quarters", que no he visto pero suena interesante. Luego, se dedicó a las comedias con bastante irregularidad y llegaron la navideña "Como en casa en ningún sitio", un segmento del nuevo documental "Freaknonomics" y las nuevas comedias "Cómo acabar con tu jefe",  "Por la cara" y "Baywatch".


"Baywatch", conocida en España como "Los Vigilantes de la Playa", fue una de las series más exitosas de la televisión mundial, emitida desde 1989 hasta 2001 y poseedora de la friolera de 242 capítulos. Su calidad ya es discutible, eso sí, y más habiendo sido tan estirada en el tiempo y de forma tan extrema. Por supuesto, y bastante ha tardado, ha tenido que tener su película-remake, que se estrenó el año pasado con nuevos actores como The Rock, Zac Efron, Alexandra Daddario o Priyanka Chopra, y con por supuesto cameos de David Hasselhoff y de Pamela Anderson, dos de los protagonistas originales. Y como supondrán, es una puta mierda. La trama es un insulto pueril y machacón al espectador, sin ambición ninguna, con interés cero y cien por cien predecible, refrito de cosas mil veces vistas. Los personajes apestan: todos y todas están buenísimos de la muerte y hay un freak que hace las gracietas y fin. Absolutamente patéticos, con desarrollo inexistente, frases vergonzantes y actitudes fanfarronas y testosterónicas de buen rollo que dan bastante asquito. Los gags, de puta pena: burdos hasta decir basta, y hay que decirlo varias veces. Gracia ninguna e inventiva... ¿Qué es eso?. Y los diálogos resultan absolutamente increíbles de lo terribles que son. Pero es que incluso las escenas de acción, para lo que se puede hacer hoy en día en Hollywood, son normalitas, del montón, muy del montón. Madre mía, es que hasta las actuaciones resultan horrorosas: ni uno solo de los miembros del reparto tiene ganas de currarse algo digno. Que total, para lo que tienen que interpretar, bastante hacen. La falta total de pretensiones no salva a una escoria vomitiva como "Baywatch" de la quema. Por valer, no vale ni para divertir como comedia involuntaria. Completamente horripilante.