Porco Rosso

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miércoles, 16 de julio de 2014

CARNE TRÉMULA de Pedro Almodóvar - 1997 - ("Carne trémula")


En una casa de Madrid coinciden una noche una mujer y tres hombres. Elena es una joven rica que está en su domicilio esperando a su camello, Víctor es un joven de ambiente marginal que se siente muy atraído por ella y que ha ido a visitarla y David y Sancho son... Dos policías. Algo terrible va a ocurrir esa noche. Algo que va a marcar a los cuatro y a sus seres queridos durante años de tragedia.


Rodada entre dos obras maestras como son "La flor de mi secreto" y "Todo sobre mi madre", "Carne trémula" me resulta, sin llegar por supuesto al nivel de la horrorosa "Kika", una de las creaciones definitivamente más flojas de Pedro Almodóvar. Tras uno de los mejores y más preciosos prólogos que el director manchego ha rodado nunca (maravilloso, absolutamente maravilloso), se despliega una historia que pierde fuelle conforme avanza debido sobre todo a unos personajes con poca profundidad y que a veces actúan de forma forzada por unas aristas demasiado afiladas de golpe que propician comportamientos bruscos e incluso inexplicables y cambios de carácter a escalonazos. Los actores que los interpretan también son irregulares: unos como Ángela Molina y José Sancho están excelentes (ella es con diferencia la mejor del reparto en su atormentado personaje y a él el suyo le viene como anillo al dedo -siempre fue un genial intérprete de este tipo de seres explosivos-) y otros como Javier Bardem y sobre todo Liberto Rabal están bastante peor (el primero es un actorazo en toda regla y lo ha demostrado de sobra en los últimos años, pero aquí no parece cogerle el punto a su personaje y el segundo es malo, malo, malo).


La trama, un melodrama clásico "modernizado" en lo estético por el incombustible Almodóvar, trata muchos de sus asuntos pasionales habituales (a los que une otros como la injusticia que se ceba en un inocente o la redención), explora los estragos que puede llegar a causar el paso del tiempo cuando historias terribles quedan sin  resolver y le mete al conjunto un turbo turbio con los aires de cine negro clásico y la sexualidad desbocada que a él tanto le gustan. Con otros personajes o por lo menos con los mismos mejor construidos y resueltos la cosa habría sido diferente tal vez, pero el conjunto de "Carne trémula" peca de perder el interés debido a esto. Una pena. La película se puede ver, desde luego, pero no es ni será ninguna de las más recordadas de este por otra parte gran director.  


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